Ana

622 64 3
                                    

Abro los ojos y me encuentro con su respiración lenta y acompasada moviendo su pecho.

Siento su brazo rodeando mi espalda

Noto su aliento en mi cabeza

No hay mejor amanecer que estar en sus brazos

- No te vayas nunca – susurro para acomodarme nuevamente

Un pequeño ruido me despierta y no lo encuentro en mi cama. Me incorporo asustada... me siento tan desprotegida sin él.

-¿Pablo? – susurro – ¿Dónde estás? – me cubro con las sábanas y camino hacia el baño. No está, siento miedo, empiezo a recordar cuando me dejó sola, cuando lo empecé a extrañar, cuando empecé a odiarlo, cuando lo volví a ver, cuando me enamoró nuevamente. Un escalofrío atraviesa mi cuerpo ¿Qué sería de mi vida sin él?

Salgo del baño y me apresuro a buscar mi ropa. Hasta que escucho que abren la puerta, suspiro de alivio al verlo, con su hermosa sonrisa iluminado la habitación y mi vida

-¿Qué haces despierta, bombón? – me pregunta algo extrañado, dejando la bandeja en una repisa. Sin importarme que estoy semi desnuda, me tiro a sus brazos – Vaya...

- Es que... no estabas y me asusté – le digo mientras me acaricia el cabello – empecé a recordar mi vida y... no te vayas nunca, prométeme que nunca te irás – le digo mientras me aferro más a su cuerpo, él sonríe y levanta mi mirada, para encontrarla con sus ojillos

- Nunca me iré, de eso puedes estar segura. Además, sólo fui por el desayuno. Bombón, pase lo que pase, estaré contigo.

- Te amo

- Y yo – me besa y nos fundimos en un tierno abrazo. Después, él me deja el desayuno y nos sentamos para comer


Twitter [Pablo Alborán]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora