Flor De Loto

Capitulo: 3 La puerta al ades

Despues del velorio, llegamos a casa mi madre y yo, me fui a mi habitación, me recoste en mi cama y sin darme cuenta me quede en un sueño profundo, ese día tuve una pesadilla, soñé con el accidente, estaba en esa escena del choque, mi padre siendo despedido del auto, la desesperacion de mis hermanas, no puedo creer que en minutos, mi familia fue reducida, de 6 integrantes pasaron a 2 solamente, realmente es injusta la vida.
Al otro día, me levanté con sudor frío en mi frente y los ojos llorozos, al salir de mi habitación me encontré con la mirada de mi madre, Ella me miro, se levanto y se dirijio hacía mi, pronunciando -voy hacer de tu vida un infierno, para que sufras lo que ellos sufrieron- mirándome, con desprecio y odio, yo, por mi parte, tuve miedo, sentía como su mirada penetraba mi ser, pero sin embargo pude vocalizar algunas palabras de ruego -¿que te e hecho? ¿Por que me tratas hací?- ¿y todavía lo preguntas?, ¡POR TU CULPA ELLOS NO ESTAN AQUI! ¡POR QUE NO FUITE TU LA QUE MURIO! ¡TODO ES TU CULPA! - Luego de esas palabras hirientes, sentí un golpe muy fuerte en mi mejilla izquierda, lo cual me hizo caer al suelo, cuando intente ver de donte provenía el golpe, una silueta se abalanzó sobre mi y empezó a golpearme fuertemente, sentía como transmitía el odio en cada golpe, abrí los ojos por un momento y vi, los ojos de mi madre, realmente no conocía a esa persona, sus ojos heran los de un asesino, sentí un golpe muy fuerte en mi cabeza y me desmayé. Cuando me desperté, me encontraba en el sótano de mi casa, estaba amordazada y ensangrentada, me dolía mucho la cabeza, en eso escuche la puerta del sótano abrirse, unos pasos empezaron a descender por las escaleras, era mi madre, estaba fumando un cigarrillo y en una de sus manos traía un botiquín, me miró y me dijo con voz fría -¡oye! Toma esto para que te cures- tirando el botiquín en el suelo y pateándolo hacia mi, luego siguió diciendo -y toma esto para que no te olvides de este día- mientras lo decía apagó su cigarrillo en mi piel, causando que gritara de dolor -¡HAAAAAAAAA! -Grita todo lo que quieras pero nadie, absolutamente nadie te escuchara- luego mi madre se retiro tranquilamente como si nada ubiera pasado, después, cuando llego a la puerta del sótano, se giró y dijo -desde ahora, tu dormidas aquí y no podrás salir- al oír eso no lo podía creer, mi propia madre me estaba tratando como si fuera un estorbo, realmente no la conocía, no sabia si era mi madre o alguien mas, pero de una cosa si estaba segura, que de ahora en adelante, mi cuerpo se llenaría de cicatrices.