Capitulo:6 Desesperación

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Luego de haberme despertado, sentí un enorme dolor recorrer desde mi espalda hasta mi cadera, mi cuerpo estaba lleno de lastimaduras, moretones, de quemaduras y también tenía debajo de mi cintura una marca, como si fuera un animal al que tienen que marcar con un hierro caliente para que se sepa quién es su dueño, esa marca no podía verla muy bien, parecía ser la marca de esta trata de blanca, no lo sé, tal vez estaría en lo cierto, al mirar alrededor, de donde estaba, me di cuenta de que no estaba sola, había unas 10 chicas, más o menos de unos 14-20 años, ellas estaban realmente torturadas, sus caras estaban muy demacradas, me dirigí a ellas preguntándoles "¿do-dónde estoy?"

"estas en una trata de blancas, las cual se hacen llamar .:: La mesa redonda::."- Pronuncio una muchacha, era de test blanca, tenía el pelo corto de color negro, era de estatura normal (1,60).

"¿co-como puedo irme de aquí?"

"No puedes, te mataran en cuanto te encuentren, aparte este lugar tiene más protección que una cárcel, por eso es imposible que te vallas, lo único que puedes hacer es esperar a que te pudras aquí o que te vendan al mejor postor"- esa chica me mira con ojos sin vida y con vos fría, de repente se levantó del lugar en donde estaba sentada y se dirigió hacia donde estaba yo.

"déjame ver tus heridas"- yo, con un poco de miedo, deje que observara mis heridas.

"veo que ya te marcaron"- no sé porque me sorprendió tanto escuchar eso, quizás porque me di cuenta que ya era algo normal, estar "marcada".

"¿Sabes que es esa quemadura? ¿Qué es? ¿Qué significa?"

"oye, cálmate, te responderé, pero primero ¿Cuál es tu nombre?" "¿mi nombre?, ah mi nombre es Abigail, Abigail Clericci"

"okey, Abigail, mi nombre es Darla mucho gusto"- ella extendió su mano, en modo de presentación, yo, por mi parte hice lo mismo, ella hizo una sonrisa de lado, pero luego todo se volvió oscuro por decirlo de alguna forma, ya que se empezaron a escuchar pasos, yo mire la cara de Darla, observé como su cara de frialdad y sin vida empezó a tornarse a una con mucho miedo y pavor, sin entender mucho toque su brazo, para intentar calmarla, pero sin previo aviso Darla toma mi brazo derecho con fuerza y con mucho miedo en su voz ella me dijo

"¿a ti ya te hicieron el "ritual"?"- no entendía absolutamente nada de lo que decía, ella noto mi cara de confusión, a lo cual pregunto nuevamente

"¿ya se acostaron contigo?"- con cara de desesperación y miedo, le indico que no con la cabeza, a lo cual Darla se alejó bruscamente de mi, cuando me di cuenta, la puerta de la habitación en donde estábamos se abrió, el que estaba parado allí era un hombre robusto, con test clara, él se dirigió a mí, me tomo del cuello e hizo que me levantara del piso, gritándome y empujándome

"¡VAMOS CAMINA!"-sin decirme nada más me llevo a otra habitación, adentro de ella había unos 6 hombres, entre ellos escuche una voz muy familiar, era esa voz grabe y fría era la de ese tipo que me hizo la marca de esta trata de blanca, esa persona me miro y pronuncio

"nos volvemos a encontrar pequeña, espero que disfrutes el juego que tendremos contigo, se buena ¿quieres?"- con lágrimas y odio en los ojos empezó el ritual.

"nos volvemos a encontrar pequeña, espero que disfrutes el juego que tendremos contigo, se buena ¿quieres?"- con lágrimas y odio en los ojos empezó el ritual

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sin piedad profanaron mi cuerpo, haciéndome gritar de dolor, me sentí sucia por dentro.

Me asqueaba, gritaba, vomitaba, rogaba, lloré, pero nada, nadie me ayudo, nadie me escucho, estaban entretenidos en satisfacer su lujuria, su morbo, ellos no eran personas, eran animales, animales salvajes a los cuales soltaron de sus jaulas, ya no puedo más, no puedo soportar esto, y lo peor de todo es que no puedo pedir ayuda a nadie, ni siquiera a mi madre, ¡esa traidora!, ¿ahora que hare? ¿Qué me harán? ¿Cuánto más tendré que sufrir para encontrar la paz? Con mi tan corta edad estoy viviendo el infierno sobre la tierra.

Me asqueaba, gritaba, vomitaba, rogaba, lloré, pero nada, nadie me ayudo, nadie me escucho, estaban entretenidos en satisfacer su lujuria, su morbo, ellos no eran personas, eran animales, animales salvajes a los cuales soltaron de sus jaulas, ya n...

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Flor De LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora