Silencio

4 1 0
                                    

Aunque no lo parezca, escribo esto con la finalidad de recapacitar sobre mis pensamientos, ideas y los sucesos que vienen y van. Para empezar, no soy de los que se acobardan cuando lo amenazan. Y me irrito mucho cuando veo a alguien correr con la cola entre las piernas en lugar de plantar cara. Nunca busco pelea, pero se defenderme. Gracias a eso, no tengo miedo de lo que según quien pueda hacer. Hoy mismo ha ocurrido algo. Lo que ha pasado es simple: unos matones han venido a provocar a un amigo. Este se ha echado para atrás por miedo a recibir. Como un perrito, ha pedido perdón por nada en concreto y con la cabeza baja se ha dado la vuelta. Cuando los matones se hubieron marchado, dije:

- Acepta la derrota, ella te acogerá en sus brazos para siempre. De seguir así no llegarás a nada.

Me lanzó una mirada de rabia. Supongo que porque sabía que tenia razón, pero no tenía el valor de plantar cara a un par de matados.

- No se cómo lo haces, pero nunca se meten contigo - contestó.

- Simplemente permanezco desapercibido - dije mirándolo con una sonrisa pícara.

- Que suerte tienes. Nunca comprenderás lo que se siente. Es fácil decirlo, pero plantarles cara es mucho más difícil.

Me quedé callado. En ese preciso instante miles de imágenes vinieron a mi. Es cierto, no tuve una infancia fácil. Mis resultados académicos siempre han sido mucho más altos que la media, y gracias a eso me gané sin sentido alguno la condición de "empollón". Por rabia o por envidia, dedicaron cada día que pasé en primaria a molestarme. Pero no les tengo rencor, gracias a eso soy como soy ahora. Además es cosa del pasado... mejor vivir el ahora, no creéis?

- No tienes nada que decir, como esperaba. Deja el papel y el lápiz y acompañame a comprar algo de comer, me muero de hambre.

Dudé un par de segundos, pero le hice caso. Al fin y al cabo es mejor amigo. Así concluyó el recreo, y como de costumbre, volvimos a clase hablando sobre alguna novedad deportiva o política. Aunque seguía impresionado sobre como él había conseguido callarme. Pura casualidad, pensé. Hacía mucho que no me pasaba algo parecido.

Memorias De NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora