- Creo que es el momento de proponerte que vayamos a mi casa, ¿no? - Harakura tuvo que respirar para no escupir el sorbo de bebida que tenía en la boca. ¿Ir a su casa? ¿Los dos? Ese no era el plan...
Mientras el millonario asiático, se dirigía a hablar con dos de sus socios y la dejaba sola en la barra, sin dudarlo dos veces cogió una servilleta de papel y con la barra de labios escribió lo siguiente:
''QUIERE LLEVARME A SU CASA. CAMBIAMOS AL PLAN B. ESPERADNOS ALLÍ ''
Al instante Helena hablaba por el pinganillo:
- Perfecto, Agnessa y Antonella ya están de camino hacia las afueras de Macao, cuando lleguéis a la mansión ellas ya estarán allí, acuérdate de quitarle la cartera y hackear la tarjeta magnética lo más rápido que puedas. - Ordenó la Dama de Picas.
- Sí, sí. Lo sé, no me pongas más nerviosa de lo que estoy. Te dejo, ya vuelve. - Koyoro Zhang se abría paso entre la gente, su media melena color carbón se ondeaba a cada paso y sus ojos achinados parecían tintinear cuando miraba a Harakura. Sus facciones eran biológicamente perfectas: Un metro ochenta y cinco de puro músculo, pelo limpio y cuidado, mandíbula cuadrada, dentadura perfecta, nariz discreta y labios carnosos. Harakura estaba nerviosa y no le gustaba, si se distraía aunque fuera por una mínima tontería toda la misión podría irse al traste.
- Entonces qué, ¿acepta usted mi invitación, señorita? - Preguntó a la dama con tono galante mientras le cogía la mano derecha y se la acariciaba con un cálido beso.
Harakura volvió a tragar saliva. Respiró y respondió:
- Sí, claro. Claro que acepto. - El prestigioso caballero ofreció su brazo para que la dama se colgara de él y rodeados de guardaespaldas, dos delante y dos detrás, la singular pareja salió del monumental casino.
El costoso Jepp wrangler de color blanco, aguardaba en la puerta a su dueño.
El chófer abrió la puerta a la dama y Harakura subió mientras se remangaba el largo vestido rojo.
Allí estaba los dos, cada uno con la cara pegada a su ventanilla sin atreverse a decir nada. Por extraño que pareciera aquello entre los dos había una especie de vínculo extraño. Koyoro se aventuró y dio el primer paso, alejó el brazo de su cuerpo y movió la mano para rozar la de Harakura, la cual, le acarició con los dedos.
Instantes después la japonesa hizo algo de lo que se arrepentiría toda la vida: Giró su cara y acercándose sutilmente a su compañero le besó con delicadeza en los labios. Un beso lento, corto, sutil, cálido y completo.
No fue sólo un beso y Hara lo sabía.
Mal, mal. Eso volvía a estar mal.
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Veni,vidi,vici (EDITANDO)
Подростковая литератураQuizás creas que esta es una novela cualquiera. Pero te marcará para siempre. Todo va a cambiar en la vida de Violeta, pero no solo en la de Violeta... También en la tuya después de leer esta intrigante, misteriosa y romántica novela. Juveni...
