Veni,vidi,vici (EDITANDO)

CAPÍTULO 5 ( PARTE 4 )

- Me encanta el helado de menta con pepitas de chocolate. -Dijo la joven sonriente.

Max se puso nervioso y eso en él no era normal. Él no se ponía nervioso al hablar con ninguna chica y menos con una de menor edad a la suya.

El muchacho reaccionó:

- Oh, pensé que ya estaríais dormidas. -Dijo bajando los pies de la mesa de cristal.

Cuando se levantó y se dio la vuelta para ver a la chica no podía creerlo.

Llevaba una camiseta de tirantes de color blanco con el símbolo de Nike, el pelo recogido en un despeinado moño y unas gafas de pasta de color verde botella.

Al desviar su mirada hacia sus largas y bonitas piernas, no puedo evitar fijarse en su cintura y se percató de que la chica no llevaba pantalón alguno, sino, unas bonitas y sexis bragas de encanje negro.

Era ella. Y estaba preciosa.

Ella se percató de que Max la miraba demasiado, sonrió y dijo:

- Yo no podía dormir y soy la única que se ha quedado con hambre. Violeta me ha dicho que cogiera su tarrina de helado de la nevera, pero he visto que no estaba. He oído la tele y he pensado que estarías aquí. -Le respondió a la vez que se sentaba en el sofá al lado de Max. Subió las piernas al sofá y se agarró las rodillas con los brazos.

Max fue rápido. Pensó que debía ser él el que controlara la situación. Su faceta de chico chulo y rompecorazones salió a la luz, en realidad, solo la usaba cuando quería ligar de verdad con alguna chica, ya que, sólo por su físico podía hacerlo sin ningún problema.

- Está bien. - Cogió la tarrina de helado, giró la cara de nuevo hacia la chica sonriendo pícaramente, cogió la cuchara, la metió en el helado, seleccionando la mejor porción, y pensándolo antes, le acercó la cuchara a la boca.

Ella, le miró alzando las cejas pero no dudó.

Estiró el brazo y al coger la cuchara acarició los dedos de Max sin querer.

Se metió la cuchara en la boca sin dejar de tocar los dedos de Max y dejó que el helado se derritiera en su lengua mientras lo saboreaba.

Él la observaba mientras. Había tensión sexual entre ambos, era evidente.

Max notaba como ella se excitaba, le temblaban los dedos.

Cuando acabó de comer el helado, se pasó un dedo por el labio superior y volvió a mirar a Max.

- ¿Te ha gustado? -Preguntó con mirada seductora.

No sabía muy bien lo que se disponía a hacer, pero se arriesgó. Acercó su brazo a la rodilla de la chica y se la acarició, la cual, puso su mano encima de la del chico y le guiaba por su pierna.

Cuando la hubo recorrido por completo, la joven, metió la mano del chico por dentro de su camiseta.

Max empezó a acariciarla el abdomen en círculos lentos mientras ella se recostaba sobre el sofá, se dejaba hacer y susurraba su nombre.

- Max, Max, Max... - Gemía.

Max había terminado la ruta por las largas piernas de la chica y se disponía a explorar entre las piernas de esta.

Deslizó sus dedos entre las bragas de encaje negro y acarició su sexo con delicadeza y dulzura dibujando círculos imaginarios. Ella no paraba de gemir, se intentaba morder el labio para no gritar y Max se excitaba solo con oírla.

El que las demás chicas no pudieran oirles, les excitaba mucho más.

Max no aguantó más, cogió a la chica por la cadera y la subió encima suya y ella comenzó a besarle intensamente en los labios, su cuello y su pecho, ahora era él el que se dejaba hacer mientras ella le susurraba al oído.

- Alex, nena, mi hermana nos va a matar.