Capítulo 9 ¨Christopher Ryans¨

520 36 0
                                    


Mi mente estaba en otro lugar menos en la clase de matemática. Anoche las pesadillas y la dudas como siempre hacían desde hace dos semanas, llegaban a mí cabeza y no me dejaban dormir recordando todo lo que había pasado esa noche. En todo este tiempo que ha transcurrido desde el día que vi a Alessandro transformarse en un lobo, no me había dado cuenta de que en ningún momento me había dedicado un tiempo para pensar en todo lo que ha ocurrido, y como me ha afectado de cierta manera.

Desde la noche de la repentina visita de Elena no había visto a Santiago, tenía dos semanas sin saber de él; siempre trataba de buscarlo con disimulo entre los salones y pasillos pero nunca había rastro de él. Ni siquiera en la hora del almuerzo, donde siempre me sentaba en algún punto estratégico de la cafetería que me permitiera ver con facilidad hacia la mesa que él y los otros dos chicos que siempre estaban a su lado ocupaban; pero durante estos días tampoco hubo señales de algunos de esos dos. Quería ver a Santiago, necesitaba hablar con él, el recuerdo del momento en el que él apareció de la nada esa noche y como me había protegido, no lograba salir de mi cabeza, así como tampoco la duda del por qué Alessandro le había dicho que se alejara de mí. No lo entendía ¿Cuál era el problema de que él y yo nos acercáramos? O ¿Por qué esto siquiera me interesaba? No lo sabía, y aunque tratara de ocultarlo y convencerme a mí misma de lo contrario, sabía que Santiago Lorents se estaba adentrando cada vez más en mí mundo, y que lograba comenzar a importarme. Desde esa noche la sensación de no verlo y sentirme vacía por dentro, estaba empezando a hacerse habitual, y con cada día que pasaba, a afectarme más y más.

El sonido del timbre me hizo volver a la realidad, por lo que de manera lenta y sin muchos ánimos comencé a guardar las cosas en mí bolso y a divagar por los pasillos de la escuela. Hoy estaba sola, Alessandro no pudo venir a la escuela porque tenía un asunto que resolver con respecto a todo ese tema de los lobos en particular, no quiso darme mucha información al respecto y la verdad era que no quería meterme más en esos asuntos; ya era suficiente con lo que estaba lidiando en estos momentos, así que decidí dejarlo así.

Hoy no me tocaba ninguna clase que tuviera que compartir con Michael, así que no lo había visto en todo el día. Decidí dirigirme a mí casillero para guardar algunos libros que no necesitaría, pero cuando estoy en proceso de guardarlos el sonido de alguien carraspeando la garganta llamó mi atención.

–Hola preciosa –Dice un chico a mí lado, guiñándome un ojo mientras que se apoya del casillero que se encuentra a mi lado izquierdo.

¿Pero qué rayos?

– ¿Te conozco? –Digo mirándolo mientras levanto una de mis cejas. ¿Quién era este chico? ¿Y por qué me dice preciosa?

– No pero ahora lo harás; soy Christopher Ryans –Dice estirando su mano.

– Yo soy Isa... –Digo intentando presentarme, pero él enseguida me interrumpe mientras toma mí mano para dejar un beso en mí palma.

– Isabella Thompson, lo sé preciosa –Y ahí va de nuevo.

¡Precaución! Alerta acosador.

– Ok... –Digo de manera lenta, mientras me dedico a alejar mí mano de la suya y volver a centrar mí vista en mí casillero, para proseguir con lo que estaba haciendo antes de que el chico llegara.

– Preciosa, sé que no nos conocemos ni nos hemos visto nunca. Pero desde hace un tiempo has llamado mí atención, y por eso me gustaría invitarte a cenar esta noche, ¿Te parece? –Dice mientras se cruza de brazos, estando aún recostado del casillero. Yo solo cierro el mío y le coloco el seguro, para luego darme la vuelta y quedar frente a él.

Unidos Por un DijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora