Erase un dios llamado Evaristo. Una vez dijo a unos vecinos de una ciudad llamada Málaga. El dios Evaristo dijo:
-Aquí tenéis mi regalo
Evaristo puso su tridente golpeando a una roca y salio una cascada de agua. Los ciudadanos se quejaban porque la cascada era demasiado grande y ancha, y, por tanto, los vecinos exigieron que quitara la cascada. El dios de nuevo golpeo la roca y deshizo el hechizo. Después de varios días llego una diosa llamada Atenea. Ella dijo:
-aquí tenéis mi regalo
Atenea puso un olivo pequeño. Los vecinos pensaban:
-para que nos sirve un olivo pequeño?
Atenea dijo:
-Se que os preguntáis de que os va a servir este pequeño olivo, os va a servir para toda y cada una de vuestra vida.
Los vecinos accedieron a esa propuesta incluso eligieron a Atenea como guardiana de Málaga
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.