Quiebra una, dos, tres... -¡No lo debes hacer!...
Pasan miles de cosas por tu mente cuando dejas de soñar, mi corazón se tornó en un desierto de cristal, un sol de hielo y titanio de papel, a fin de cuentas, había vuelto a caer en las manos de la realidad. Llevaba un poco más de una semana reprimida de no poder hacer algo, pero ya no me molestaba por saber algo al respecto, no me importaba nada en absoluto, mi mente estaba completamente en blanco, dejé de imaginar, dejé de soñar, dejé de creer... creo que todo ocurría por algo, quizá necesitaba tiempo sola, pero en mi reflexión descarté esa idea, ¡no necesitaba estar sola!, últimamente la soledad abundaba en mi vida; caí en depresión como nunca antes había caído, perdía cada parte de mí, estaba agotaba, sola, completamente sin aliento y sin esperanzas, se suponía que la esperanza era lo último que se debería perder. Por un momento creí que había dejado de pensar, pero sabía que no era así, una voz siempre estaba en mi mente, hablándome.
–para soñar no te hace falta cerrar los ojos, mucho menos cuando tus sueños son realidad. –
Mi motor cerebral comenzaba a dar giros y pude momentáneamente recuperarme, pero solo era el comienzo de una muy larga semana. Tenía un vacío dentro de mí, intentaba buscar, buscaba algo, había muchas personas a mí alrededor, pasando desapercibidas, y yo solo trataba de hallar lo que con ansias buscaba, era un brusco impulso que actuaba en mí en contra de mi voluntad. Fui a pedir ayuda, pero en cuando me acercaba a alguien para preguntar simplemente se desvanecía, corrí para seguir buscando ayuda, pero no había persona a la que solicitara ayuda que no se esfumara, esta increíble evanescencia me dejaba atónita, y los intensos ruidos exasperantes que escuchaba evitaban mi tranquilidad, cada vez se volvían más fuertes, mas estruendosos, y todo comenzó a perder color, veía todo nublado, hasta llegar a un punto en el que creí estar ciega, así que solo cerré mis ojos y algo me llevó a otro lugar. ¿Estoy dormida?
– ¿ya no sabes identificar la realidad de los sueños? – me respondió una dulce voz. Yo solo quería saber dónde estaba, ¿de dónde venía esa voz?
– ¿Quién eres? – aturdida por todo pregunté.
La dulce voz me llamaba, aun sin darme cuenta caminaba hacia a ella, o eso creí. Pude ver a una niña, pero esta no me dirigía ni una sola palabra. Comenzaba a recuperar mi visión, noté que había una cuerda sobre ella; ella no tocaba el suelo, pero no tenía alas para volar, me acerque hasta ella y distinguí que no era una niña, era una pequeña muñeca. Yo tenía una inmensa curiosidad
– ¿Por qué estas sobre el suelo? – pregunté
–Eso pasa cuando estas colgando –
Estaba muy dudosa de sus palabras, eso no calmaba mi duda y ella aun no respondía mi pregunta, así que insistí y volví a preguntar – ¿Por qué cuelgas? – y ella no me respondió en lo absoluto. Giré mi cabeza y noté que el lugar era inmenso, muy oscuro y escalofriante, no tenía puertas, solo había una ventana, y yo realmente quería saber en dónde me encontraba, ¿quién era ella?
Comencé a sentir mucho frio, cada vez más intenso, no me sentía nada cómoda estando ahí.
– ¿Cómo puedo salir de aquí?– pregunté, pero ella no respondió. Insistentemente volví a preguntar, pero al igual que la vez anterior ella solo me ignoró. En ese momento comenzó a descender lentamente hasta caer al suelo y ya no era ella, eran... ellas.
Había cinco muñecas alrededor de mí, ¡estaba asustada! – ¿Quiénes son? – Pregunté, en eso una de ellas se acercó a mí; –Soy la muñeca del amor – dijo con delicadeza, de pronto tomó la cuerda que la hacía estar sobre el suelo, la envolvió en su cuello y se ahorcó. ¡Me sentía tan confundida!, solo quería salir.
Luego otra muñeca vino hacia mí. –Soy la muñeca de porcelana–. Esta era sumamente hermosa, tenía cada parte de su cuerpo tallada a mano, cada línea tan delicada y perfecta, su rostro reflejaba cada detalle, no podía dejar de observar; de pronto calló al suelo de un solo golpe y se rompió en mil pedazos, ¡quedé sorprendida! No había forma de calmarme, cada vez mis ganas de salir de ahí aumentaban, pero vino a mi otra muñeca, igual de hermosa que la anterior. –Soy la muñeca de hielo – me dijo caminando poco a poco más hacia a mí, hasta detenerse y tocar mi brazo, empecé a congelarme así que quité bruscamente su mano de mi brazo, en eso cambio su aspecto hermoso por uno verdaderamente horrible y solo se alejó de mi arrastrándose por el suelo hasta desaparecer. ¡Estaba harta de no saber que pasaba!, de repente voltee y vi a las dos muñecas que quedaban, se encontraban agarradas de las manos una de la otra mientras se acercaban hasta donde me encontraba, caminaban lentamente con una sonrisa en sus rostros, –vinimos a matarte – dijeron con una voz perturbadora.
¡Comencé a gritar!, no sabía que pasaría, quería escapar lo antes posible de ese lugar. Las cinco muñecas se colocaron frente a mí y atravesaron mi cuerpo, parecía estar normal, pensé estar en buen estado, así que acerqué mi mano a mi pecho y noté que no estaba, no tenía mi corazón, ellas lo tenían en sus manos. Volvía a perder la visión, sentía un inmenso dolor, pude notar que la muñeca volvía a estar colgando, – ¿Quién eres tú? – grité muy asustada mientras ella cortaba sus hilos, calló al suelo y se acercaba hacia mí.
– ¿Qué no te das cuenta? – Dijo con voz burlona, – ¿Ya no diferencias los sueños de la realidad? –
Negué con la cabeza, se acercó a mí y tomó mi mano, –ve hacia arriba – dijo, así que voltee y la vi, era ella, ya no tenía las cuerdas, ella estaba ahí, ¡sentía miedo! Cerré mis ojos e intente cortar los hilos que me hacían colgar, pero cualquier intento era inútil, no lograba nada, así que tome una de las cuerdas y la envolví en mi cuello, estaba desesperada...
Desperté de esto, ¿estaba despierta? Pude levantarme, sentir el suelo, estaba temblando así que me acerque a la pared para no caerme
–Nunca has estado dormida – exclamó una voz muy calladamente. Sentí un vacío dentro de mí y caí al suelo. Después de un minuto me levanté, me senté en mi cama, recosté la cabeza de la almohada, y todo lo que pude hacer fue observar mi techo con demasiada confusión, pues no entendía lo que me esperaba y aun no estaba tranquila, ya no sabía diferenciar las cosas, no podía entender nada de lo que pasaba, solo intentaba calmar mi mente tratando de decirme que todo fue una simple pesadilla.
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SARAH
Mystery / ThrillerCuando la lógica se hace más grande que la fe, solo algo más grande que el amor podrá salvarnos. Tendremos en cuenta que, nada en la vida es lo que parece, todo esta planteado para mostrarnos algo, solo hay que estar atentos a que nos quiere decir...