Día 7 de mayo del año 1986, continuación:
Y ahí estaba ella, una niña que se notaba sumamente reservada, tímida.
Nos vio y se acercó mirando al piso cómo si tuviese vergüenza de algo, era el castigo, la entendía.
-¿No saludarás?-Preguntó la guapa de su madre... esperen, sonó cómo una grosería, tengo suerte a que no me escuche...
-Ho-hola, soy Jane...
-Me llamo Andrew, encantado por conocerte!-Le tendió la mano, este estúpido de pacotilla.
Le aceptó aunque instantáneamente le soltó la mano y se limpió con su vestido, que gracia me da, está ganándose los puntos conmigo...
-¡Que niño tan educado y tan tierno!-Intervino una vez más la Diosa del Olímpo pero después vio lo que hizo su hija y pude creer que sus ojos iban a soltar misiles y la niña explotaría.-¡Jane! ¡Por Dios! Que mal educada eres... Pídele disculpas.-Habló con un tono eufórico.
-Perdón. No fue mi intención.
-Disculpas aceptadas- Dijo el descarado.
-Bien...-Habló el señor Hulbrunkeke... No, no es eso, eh... eh... ¡ah! No me acuerdo...-¿Alguien querrá café y pastel de limón?
-Yo quisiese un poco de café.-Pidió su mujer.
-Yo un pedazo de tarta, papá -Dijo el pequeño Chandler.
-Yo quisiese un vaso de agua por favor -Dijo el bobo de Andrew.
-¿Y ustedes?- Preguntó de nuevo el señor.
-Pues, deme una taza de café e igualmente, un pequeño pedazo de tarta, no quisiese devorarla ahora- Dijo entre risas mi madre.
-Tranquila señora DeLarge, aquí siéntase cómo en su casa...-Respondió la señora modelo.
Ahí una maravilla pasó cómo una caricia en mis tímpanos, escuché la canción Bohemian Rhapsody justamente cuando el coro se exprimía de una manera burlesca y Freddie Mercury justificándose de haber perdido el amor de todos. Esa es mi canción favorita de Queen.
-¿Ese es Queen? - Pregunté mirando a la niña y esta estaba cantando el verso cuándo mencionan a Bismillah y a Belcebú.
-¿Conoces?-La niña le brilló los ojos, no lo podía creer.
-Claro, a veces tocan en Londres y bien, he tenido la suerte de verlos en persona...
-¡Qué suertudo eres!-Me dio un leve empujo.
Cuando ya estaba terminando el coro, esperé hasta escuchar la voz aguda de Roger Taylor terminar el calvario que había comenzado desde los primeros segundos la preciosa composición. Continué mimando con una guitarra invidsible el riff de Brian May y la chica gritaba con ganas los versos dichos por Freddie. Nunca me había sentido tan bien y tan conectado con ella de esta manera.
-Jane apaga la radio, hay invitados.-Dijo de nuevo su madre, ya me comenzaba a desagradar...
-Querida, deja la música. Al pequeño Alex le gusta. Si quieren, pueden escucharla de nuevo en la habitación de Jane...
El padre de la chica brilló y se convirtió en un héroe tras abrirnos la puerta de otra sala y llevando la radio en la habitación.
Ahí pasamos horas y horas hablando de nuestras aficiones y riendo con morisquetas de ambos. Cada vez ella me agradaba más, su voz se volvía en un dulce liquido dorado que envolvían mis oídos...
Después de un largo rato sin más stock de temas de conversación, la chica se acostó en el suelo hasta llegar a su cama al igual que una salamandra y después de un corto rato, salió con una bolsa de papel desgastada y la abrió.
-Aquí he guardado cosas que me pasó mi abuelo antes que nos fuésemos de Nueva York, desde ese día que no he parado de esconderlo de mi madre...
-¿Puedo ver?-La curiosidad me consumía.
-Claro, te tengo confianza...-Sonrió.
Me acerqué tal cómo un caballero y observé fotos viejas de una pareja con dos niñas hermosas, tan idénticas diría yo...
-¿Quienes son?
-Mi madre Barbara y mi tía Sabrina. Mi abuelo quiso que yo heredara sus mas preciados recuerdos y que nunca me separara de ellos...
-¿Y porqué no pudo ser tu madre o tu tía?, quiero decir, eh... ¿heredar esas fotos?
-Mi tía murió hace poco y mi madre no tolera nada de sus padres aunque yo fui muchas veces a visitarlos junto con mi papá... -Apretó de puños aunque después guardó las fotos con una liga verde hospital.
-Lo siento, no debí preguntar.- Me avergoncé, tuve que haberme callado.
-Tranquilo, nadie es consciente de todo lo que dice, menos a nuestra edad...
-Tienes razón- Respondí.
Minutos más tarde, ya me encontraba en mi habitación, solo. Hace rato que ya nos habíamos despedido de la familia Holbrook y mis padres habían llevado a Andrew a su "emocionante parque de atracciones"
Todavía no paraba de pensar en la escena con la chica, más bien, Jane, cuando me mostró las fotos y la herí sin saber realmente el peso de mis palabras. Me sentí cómo un verdadero imbécil...
Tenía un juguete, bueno, un auto de carreras amarillo y brillante, una hermosura. Aunque por el momento no hallaba las ansias de jugar con él cómo la primera vez que mis pupilas se dilataron al verlo.
Lo que me apetecía era tomar un vaso de leche, mezclar con pasta achocolatada y calentarla en el microondas. Un antojo de reyes...
Ya con el suficiente entusiasmo que llevaba para preparar aquella bebida, me dirigí hasta la cocina que esta muy oscura y el miedo me invadió. Creía que un monstruo saldría de cualquier gabinete y que me comería vivo con sal y pimienta.
Sentí tanto miedo que la cobardía no dejaba de molestar a la realidad para crear escenas inimaginables. Tomé la leche de la nevera, la pasta achocolatada que estaba al lado del pan, abrí y cerré la puerta...
Cuándo iba a poner el vaso en el microondas, unos golpes provenientes de la puerta principal resonaron en todo el apartamento. Corrí hacia allá dejando todo olvidado.
Tomé el manojo de llaves, le di a la puerta cinco vueltas y el seguro se había quitado, abrí y era...
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Aquí está el segundo capítulo en atraso, no soy yo, es mi pereza 😁😂😂😂
Muchas gracias a todas las que siguen esta novela y lo siento por no actualizar tan seguido cómo se debe.😶
Si has leído solamente esta novela y quieres seguir leyendo, lee "As a Clockwork Orange" que se encuentra en mis obras, ahí van a entender quién es Jane Holbrook y el resto de la schaica.😎Las amo a todassss!!!!😍😍😍
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○●○The pathetic diary of Alex DeLarge○●○
RandomMi reloj de Mickey Mouse, esa tarta de limón, ese traje, ese sombrero, esa violencia, esas chicas, esa amiga... Siempre habrán pequeños principios para contar grandes historias y es aquí dónde el mundo tornó a mi favor. Sí hermanos, a partir de u...