No era mas ni nada menos que Jasper Jennings Hiltop, el hijo de un empresario famoso que viene a darme clases extras de historia y de ruso. Admito que sea a veces algo rebelde y mal ejemplo en la escuela aunque daría todo para que este tipo se largue de por vida de mi tranquilo territorio. Tiene algo que no me pinta muy bien de él. Algún día lo sabré.
-Hola Alex, espero que hayas repasado la batalla de Hastings que hoy te espera un diminuto interrogatorio.
Si claro, "diminutas" mis nalgas...
- Bien, bien, entra. -Respondí de un tono seco.
Este tipo se paseaba como Pedro por su casa, de aquí por allá, leyendo el periódico con una manzana recién devorada. Miré la hora y suspiré, solo eran las cinco de la tarde. El tiempo va lento cuando le conviene.
-Tus padres no están, ¿qué pasó esta vez?
-Nada, Andrew los convenció en ir a un parque de atracciones y bien, yo no quería ir.
-Bueno, está bien, trae tus cuadernos.
Apreté los puños por lo obligado que estaba, odio tener que obedecerle. Engreído.
Me dirigí hacia mi habitación, tomé mis viejos cuadernos que estaban debajo mi cama, estos estaban tomando lentamente el polvo aunque al estar de nuevo de pie, mi mirada se dirigió a la ventana y se me dio por mirar a la gente que pasaba. Afuera si que pasaban cosas, por ahí, miren : dos personas se estaban agarrando a golpes, uno retrocedía más que el otro por cada puñetazo que se daban.
Al ver de nuevo mis cuadernos en mis manos, recordé mi deber y volví hacía el pasillo aunque me percaté que el loco de Jasper estaba telefoneando con alguien, me escondí para saber de qué se trataba su conversación.
-Escúchame Lindsey, no debes de qué preocuparte, Fred está bien, sólo fueron unos tolchoques de niñitas. Mañana al mediodía le darán de alta... Si, todo va a estar bien... Sólo te pido que no le digas ningún slovo.
Ahí colgó y suspiró por unos instantes. Se le veía algo inquieto, ahora si estoy más seguro que él trama algo...
-¿Qué son tolchoques?¿Y slovo?- Pregunté con una sonrisa pícara.
-¡Alex!... Pues, no es nada que un niño deba saber. - Sus manos estaban tensas - Bien, te he preparado tu examen cuando estuve en casa. ¿Trajiste lápiz?.
-No.
-Pues ve a buscarlos.
Y una vez más tuve que dirigirme a mi habitación. Si les tengo que ser franco, mis lápices están en un estado lamentable. A unos ya les había masticado el borrador y otros los había tallado con mis dientes. En fin de cuentas, podía considerar que no tenía lápiz alguno. Por ende, una maliciosa idea ha venido a mi.
Tomé mis lápices y los eché al inodoro. Ahora sí que no tenía.
- ¡Jasper! ¡No tengo lápices!.
-¡¿Qué?! - Gritó el ricachón desde la cocina. - ¡Toma los de tu hermano si no tienes! .
-Bien - Reí con malicia para mis adentros.
Andrew pecaría de algo siempre y es que siempre ha subestimado mis revanchas.
Tomé su estuche que estaba en su escritorio y me lo llevé a la cocina.
Me senté en la mesa y ahí vi un cuestionario de una pagina entera. Veía fechas y fechas en cada pregunta hasta que mi cerebro se agobio y mando todos mis conocimientos a la basura. Genial.
- Pasa algo Alex ?
- Pues que no entiendo nada, no sé porque te esmeras tanto en hacerme preguntas en las que sabes que no responderé.
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○●○The pathetic diary of Alex DeLarge○●○
RandomMi reloj de Mickey Mouse, esa tarta de limón, ese traje, ese sombrero, esa violencia, esas chicas, esa amiga... Siempre habrán pequeños principios para contar grandes historias y es aquí dónde el mundo tornó a mi favor. Sí hermanos, a partir de u...