La lamida

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Una joven La lamida se queda sola en casa acompañada de su perro.

Estuvo mirando una película de terror antes de irse a la cama, así que decide traer a su perro para que duerma con ella en su habitación.

Estaba tan acostumbrada a dormir con su perro que se le hacia natural.

Pero no se esperaba que todo cambiara esa noche.

Se acuesta en la cama y el perro se enrosca al pie de esta.

La joven lo acaricia desde arriba y su perro le da una lamida amistosa.

Ella ríe y eventualmente se queda dormida.

Por la madrugada, despierta al oír el sonido de algo goteando en su baño.

Medio dormida, busca con una mano fuera de la cama a su perro y siente su lamida confortante, y regresa a dormir. Es despertada de nuevo por el sonido de goteo, saca una mano de la cama y siente la lamida reconfortante de su perro, y regresa a dormir.

Sin embargo, una vez mas, es despertada por el sonido del goteo.

Dispuesta a buscar la fuente del problema, se levanta de la cama somnolienta y camina hacia al baño; el sonido de goteo se hace mas fuerte conforme se acerca.

Llega al bao y enciendo el interruptor de la luz, y es recibida por una vista estremecedora: colgando de la cabeza de la ducha su perro, con su garganta abierta por la mitad y su sangre derramándose sobre la bañera.

Estupefacta por el miedo, se gira a vomitar al lavamanos, cuando levanta su vista queda frente a frente a un espejo que cuelga encima del lavamanos.

Escritas con la sangre de su perro, están las palabras.

No solo los perros pueden lamer.

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⏰ Última actualización: May 18, 2016 ⏰

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