Último cigarrillo en la cajetilla, son las 4:30 de la mañana, y aún arriba del taxi trabajando. Había sido una noche difícil -no llevaba ni la mitad de la cuota diaria-, y en mi mente solo resonaba la frase "ya habrá días buenos".
Al ver que en lo que quedaba de la noche ya no habría nada de trabajo, me resigne y emprendí el camino a casa, aunque una pasadita rápida al Oxxo para comprar un café, no sonaba tan mala idea...
-¿Me cobras un café doble por favor y unos Marlboro rojos?Terminada la transacción, encendí un cigarrillo, abordé mi taxi y me dirigí a mi hogar.
Había avanzado apenas unas cuantas cuadras, cuando una pareja me hizo la parada, acordé la tarifa con el muchacho, y ambos subieron. El muchacho parecía venir de una fiesta, su fuerte aliento a alcohol lo delataba, y murmuraba muchas incoherencias. La chica, por otro lado, parecía ausente, con la mirada perdida.
Más de 3 veces voltee por el retrovisor, y me percaté de que la joven desaparecía, lo cual no se me hizo raro; ya en varias ocasiones me había tocado ver que una que otra muchacha se agachaba para hacerle un "trabajito" a su pareja...
En fin, llegué a la dirección proporcionada por el muchacho, él me pagó y bajaron apresuradamente. Yo seguí mi camino y sin siquiera haberme alejado mucho aún, volví a toparme a la muchacha.
"¿Pero qué carajos?" fue lo primero que pensé.
Me orillé y le pregunté: "¿Todo bien amiga?" Lo siguiente que sucedió, fue aterrador e inexplicable. Su piel comenzó a tomar un tono verdoso, como de carne podrida. Algunos pedazos se le desprendían como si fuera una leprosa. Sus uñas se veían de pronto largas y afiladas, de un color negruzco, sus ojos desorientados adquirieron una expresión de furia y en sus labios se formó una enorme y macabra sonrisa.
Al ver esto pise el acelerador a fondo, ¡yo quería escapar de ahí lo mas rápido posible! pero en cada maldita esquina la veía, no me dejaría huir... Por la velocidad a la que iba, debería ser imposible para mí ver sus facciones, pero habían quedado plasmadas en mi mente como una horrenda visión, claramente podía ver esos ojos negros y malignos, reflejando un alma perversa.
Y esa sonrisa, grande, de oreja a oreja, retorcida y tétrica...
Después de unos minutos que para mí fueron horas, pude por fin alejarme de ella. Por algún presentimiento, voltee a ver mi retrovisor, para asegurarme de que no me seguía... mi horror fue enorme, y un gélido escalofrío recorrió mi espalda: ¡ella estaba sentada en el asiento trasero!
No pude más, frené súbitamente, me bajé a tropezones del taxi, y comencé a correr.
Corrí y corrí, hasta llegar a mi casa, completamente aterrado y empapado de sudor, por el miedo y por la carrera. No quise contarle a mi mujer lo que había pasado, no me creería, o se preocuparía de más.
Al día siguiente, más tranquilo y convencido de que había sido solo un juego macabro de mi mente, me dispuse a ir por mi taxi. La curiosidad pudo más, y no pude resistir ir a la casa del muchacho a preguntar por esa mujer que me había dado esa noche de pesadilla. La puerta estaba abierta, así que entré con cautela. Al llegar a la habitación, me topé con que el joven había muerto, terriblemente masacrado en su cama, le habían tallado con unas garras una sonrisa enorme y retorcida.
Me fui inmediatamente de ese lugar maldito. Comencé a hacer mis averiguaciones, y me enteré de que esa mujer, vivió hace años en esa misma casa y se le atribuían decenas de muertes escabrosas. Un día, sin más ni más, desapareció. Al poco tiempo, comenzaron a reportarse casos de hombres jóvenes que morían asesinados, la misma sonrisa en sus rostros después de varios días de reportar que tenían sueños con ella.
...
Hace ya 3 semanas de ese horrible suceso. Y no he podido dormir bien desde entonces. No me lo permito, no quiero morir, sé que ella vendrá por mí. Ha comenzado a aparecer, a pesar de que no duermo. O quizá ya me venció el sueño y estoy en ese punto donde la realidad se torna difusa. No lo sé.
Ella no puede ser más fuerte que yo, espero que este puñado de pastillas la saquen de mi mente, para que yo al fin pueda descansar. Creo que tendré éxito. Ella está de pie frente a mí. No se ve tan horrenda. Incluso me comienza a gustar esa gran sonrisa.
Intento hablar, pero ha puesto su dedo en mis labios: "Shhhh..." -me dice. "Sólo duerme".
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Creepypastas
RandomHistorias de terror y creepypastas, junto con mini historias. ¡Ven a leer éstos relatos! ¡Publicamos cada 4 días!