El niño del sótano.

Capítulo uno.

Un pequeño niño merodeaba por los pasillos de esa gran casona con aspecto lúgubre.
El pequeñín había escapado de su niñera, quién le buscaba desesperadamente por todas las habitaciones. Pero, no había rastro del joven Joel.<<¿Dónde está el niño?>>, esa pregunta le carcomía la cabeza. Los nervios de la niñera, le jugaban malas pasadas, cuándo le preguntaban por el niño. Sudaba, temblaba y titubeaba, la abuela del infante sabía dónde estaba, pero los secretos no deben contarse, nunca.

Tres suaves golpes daba el niño a una pared en el sótano. Y tres golpes le devolvían desde adentro.
-¿Me escuchas?- preguntó, el niño en susurros.
-Sí.- afirmó, el mayor, desde adentro.
-¿Porqué hay música allá?, ¿están celebrando?- volvía a preguntar, el niño de cabellos negros y ojos pardos.
-Ew, si, estamos celebrando la llegada de otro familiar y ya sabes, la música es para amenizar la fiesta, si se puede llamar así.- contestó, Mot, soltando una risita.
-Ya veo. ¿Cuándo podremos vernos?- preguntó, entusiasmado.
-Joel. Ten calma, aún no.- respondió, el mayor.

Las cosas suceden sin previo aviso, debemos aceptar el cambio sin más. Pero, cuando eres un niño simplemente no puedes dejarlo pasar, necesitas el porqué de ello y lo buscas hasta el cansancio.

-¿Estás bien, Joel?, no estás escuchándome.

-Si, abuela, estoy bien.

Días antes, Joel subió al sótano golpeteando la pared sin recibir respuestas. <¿Le habrá pasado algo?>,se preguntaba, siguió volviendo día tras día y Mot aún no contestaba. Quién sabe lo que pasó, cuáles serían las razones para dejarlo o simplemente Mot se aburrió de él y se fue. Pero, la razón de dejar de contestarle a Joel, tenía que ver con las diferencias entre la familia de Joel y Mot, él no quería generar más conflictos, prefiriendo alejarse y ser olvidado.