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Y aquí vamos otro día en el abominable centro de estudios, apodado como "escuela"... Si es que se le puede llamar así.

Ya faltan solo 5 meses para que este martirio de diario acabe. Cuento los días, cada día se que es uno menos, y eso me llena de esperanza.

Primer clase.

No se ni que materia me toque, lo bueno de esta escuela es que los maestros van a mi salón.

Y sí, me toco una de las mas aburridas -ciencias- ¡Para que diablos me va a servir aprendérmela la tabla periódica de los elementos!

¡No, no! ¿Equipos? Ya se, le diré que haré el trabajo sola.

-Y bien jóvenes, yo elegiré ahora las parejas

-Profesor Díaz, ¿puedo hacer el trabajo sola?- Vamo' a ver que me dice este viejo.

-¡Jaja! Señorita Maldonado ¿quiere hacer el trabajo sola? ¡Pues no! Las ultimas veces que la dejé no me entregó nada. Ahora se atendrá a lo que yo le diga.

¡Maldito!

-Y bien vamos a ver, Maldonado con Franco- ¡la expresión de satisfacción en su cara era maligna! ¡como lo odio!

-¡Con ese tarado! ¡Esta usted loco!-creo que me pase un poco.

-¿Cómo dijo?

-Lo que escuchó

-Pues ahora menos la cambiaré. Disculpese con su compañero y también consigo misma por su pésima forma de ser, y lo hará cada vez que sea necesario.

-Ammm... Perdón Franco. Perdón yo misma

*Me he prometido pedirme perdón*

Apareces TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora