Voy a contarles una historia que a mi me contó hace ya algún tiempo. A ella se la había contado su padre, a quien se la había contado su padre y a este, el suyo y así sucesivamente.
Tal vez sea verdad; tal vez, una leyenda. Quizá sucedió, quizá no... pero podria haber ocurrido. El caso es que cuentan que, a mediados del siglo XVI, en Londres nació un bebe en el hogar de una familia muy pobre. Su nombre era Tom Canty.
Ese mismo día y también en Londres, otro bebé llegó al mundo. Pero, a diferencia del primero, su familia era muy rica y poderosa. Aquel niño era nada más y nada menos que el heredero de la corona real, el príncipe Eduardo Tudor.
El nacimiento de Tom no fue recibido con alegría y solo le importó a la familia Canty. Para su padre, un hombre malo, borracho, y ladrón, el niño era una carga. Y a su madre, una buena mujer acostumbrada a los maltratos de su marido, este bebé la preocupaba, pues solo tenía para darle una vida llena de privaciones.
En cambio, Eduardo ha sido esperado con mucha ansiedad, no solo por sus padres, sino también por toda Inglaterra. Así que, durante varios días y noches, aristócratas y vasallos, ricos y pobres celebraron su nacimiento con danzas y canciones. Todos hablaban de Eduardo, el príncipe de Gales, que dormía entre ricas sábanas de seda, mientras el otro pequeño, Tom Canty, lo hacia envuelto en miserables andrajos.
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Principe Y Mendigo (Mark Twain)
AdventureEn el siglo XVI y en el reino de Inglaterra, se encuentra un principe y un mendigo. Todo separa a estos dos chicos, salvo un pequeño detalle: son idénticos. A partir de ese impresionante descubrimiento, deciden hacerse pasar por el otro durante algu...