Capítulo 4

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Nicolas volteó fulminándome con sus penetrantes ojos verdes.

-Creo que me voy...

Me di media vuelta y salí de ahí.

-¿Podemos ir a tu habitación?- Preguntó David con Molly.

Fruncí el ceño.

-¿Para que quieren ir arriba?- Crucé mis brazos.

-¿Para jugar en tu computadora?- Blanqueó los ojos Molly.

-Suban- Me tiré en el mueble.

Cerré mis ojos y me quedé dormida.

Abrí mis ojos de golpe sintiendo como el agua fría caía por todo mi cuerpo. Escuché dos risas de fondo. Me levanté y lo primero que hice fue agarrar una almohada y lanzarme encima de los dos.

-¡Lo sentimos!- Grito riendo Noah.

-Yo no lo siento- Rió Nicolas. 

Deje a Noah y decidí tirarle almohadazos a Nicolas.

-¡Para!- Sonrió.

Se comportaba como un niño de trece años.

Lo deje en paz después de una buena dosis de almohadazos. 

-Se puede saber por que hicieron eso- Dije enojada.

-Te juro que yo no quería- Dice Noah algo sonriente.

-Es que te veías tan tierna durmiendo que dan ganas de fastidiar- Sonrió Nicolas.

Le tiré la almohada y él rió.

-¡Si serán!- Grité.

-Fue divertido- Susurra Noah.

Lo fulmine con la mirada.

-Ya verán- Sonreí.

-¿Eh?- Preguntaron los dos preocupados.

Sonó el timbre y corrí a abrir la puerta.

-¿Hola?- Fruncí el ceño al ver a mi madre.

-Hola cariño- Me dio un beso en la frente.

-¿A que hora vienen a recogerlos?- Apreté mi mandíbula.

-Ya te lo dije- Sonrió- Por cierto. ¿Estás mojada?

Dirigí mi vista a Noah que estaba en medio pasillo y él se dio media vuelta.

-Si- Respondí.

-¡No!- Chilló- ¡Ven vamos rápido!

Me agarró de la mano y me subió a la habitación rápidamente.

-¿Qué pasa?- Fruncí el ceño.

-Tranquila, tranquila- Empezó a buscar algo- Siéntate en la cama un rato.

Levanté una ceja, pero me senté. Me sentía algo mal.

-Espera...

Sentí como mis ojos me empezaban a pesar y como me quedaba dormida.


Abrí mis ojos y me encontré con un gran silencio. Me puse el uniforme y bajé las escaleras. Agarré mi maleta y me dirigí a la escuela.

Ingresé y me encontré con un Noah triste.

-Hola. ¿Qué paso?- Tomé asiento a su lado.

-Que tu madre nos regañó anoche- Me miró. 

No pude aguantarme la risa.

-Mi madre está loca- Susurré.

-No hables así de tu madre- Me miró incrédulo.

"Human"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora