Epilogo.

52 10 3
                                    

Otro mes había pasado desde su partida, otros treinta días de sufrimiento, de tristeza, de lagrimas, de culpa, de todo menos felicidad.
Luke se sentía más solo que nada, más aún que antes, dicen que cuando alguien muere se entierran dos corazones, no sólo uno, y vaya que era muy cierto.
Lo único que el sentía hacia si mismo era impotencia y odio, el haber visto a la persona que más amaba en el mundo morir y no poder hacer nada para salvarla.
Sentía arrepentimiento por todas esas peleas que tuvo con su chico, por no decirle que lo amaba.
Un año desde su partida, un año.
El rubio camino hacia aquel lugar, donde se habían conocido; llego al pequeño bosque en las afueras de su cuidad, hacia mucho tiempo que no iba a ese bosque, recién podía. Camino con tranquilidad mientras la música se reproducía a todo volumen a través de sus audífonos "I've tried so hard to tell myself that you're gone but though you're still with me I've been alone all along..."
Los recuerdos inundaron su mente, su primer beso, aquella primera cita, sus primeras caricias, y sobre todo sus primeros "te amo", los más sinceros en toda su vida. Extrañaba la manera en la que se sentaban en las tardes a ver películas, acariciar el suave cabello de su chico mientras dormía, verlo cuando estaba distraído, extrañaba todo de él.
La soga yacía colgada sobre un árbol, no cualquier árbol, en ese árbol donde se veía tallado "Muke", la mezcla que había hecho uno de sus amigos con los nombres de aquellos chicos enamorados.
El aire comenzaba a hacerle falta, la cuerda presionaba su cuello, trato de tranquilizarse, era lo mejor, lo extrañaba y demasiado, no podía más, tras la pérdida de su familia Mike era todo lo que quería, si que era lo mejor pensó él.

—I'll meet you there...— susurró débilmente el rubio, soltando así su último suspiro.

Segundos pasaron y todo era tan extraño, el miedo había desaparecido todo era tranquilidad, paz, se sentía por primera vez bien.

—¿Pingüino?— escucho aquella voz tan conocida para el.

—Mike...— dijo el rubio mientras sonreía, sonreía de verdad.

My immortal; muke clemmings. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora