La verdad

¡¡¡DEEEEEEKUUUUUU!!!

¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTÁS?!

Huír como un cobarde... Típico de ti. Típico de un fan tan idiota, simple y sin particularidad.

Paso a paso, provocando diferentes estallidos desde sus palmas como si eso calmara su ira, Bakugō recorría los pasillos del edificio.

Quién diría que ya para la segunda clase los harían enfrentarse entre sí por equipos de a dos.

Quién diría que él tendría el placer de ser del equipo villano.

Quién diría que su oponente sería Deku.

Desgraciado...

La clase anterior, los hicieron probar con toda libertad sus habilidades a través de una serie de actividades físicas. Evidentemente, para el chico explosivo solo se trató de un juego de niños que disfrutó rompiendo varios récords.

Por otro lado, también observaba cada tanto a ese desdichado enclenque sin particularidad participando. Já.

Pierdes tu tiempo.

¿Cómo podría ser que aún contara con la voluntad de querer ser un héroe?

Y que esa fuerza fuese creciendo... al punto de creerse capaz de poder superarlo.

DEJA YA ESA MIERDA.

Inaceptable.

Sus ojos no fueron capaces de poder procesarlo.

Ayer... Deku había hecho muestra de su habilidad. De nuevo para los demás estudiantes... pero era la primera vez para él.

¡¿Desde cuándo tú...?!

En toda su infancia... en todo el colegio... Él nunca había mostrado signos de poseer una particularidad. ¿Qué era toda esta mierda que estaba viendo?

ME ENGAÑASTE.

Antes de recorrer los pasillos que ahora atravesaba a gran velocidad, le había confirmado aquel hecho el tipo de lentes. ¿Su nombre? Qué importa. Qué más da. Es otro más del montón. Inútil.

Inútil... "Deku".

—¡¿TE ESTÁS BURLANDO DE MÍ?!

Más que el engaño... más que su ingreso al instituto de héroes... Lo que realmente odiaba de Izuku era su mirada. Tanto como cuando ponía esa maldita expresión en su rostro con que le enfrentaba a pesar de estar siendo consumido por el miedo; como cuando se atrevía a mirarle tan amable, tan compasivo, tan irritante.

Tendiendole su ayuda... ¡cómo si él lo necesitase!

TE APLASTARÉ.

LES DEMOSTRARÉ... TE DEMOSTRARÉ QUE JAMÁS PODRÁS SUPERARME.

Junto con ese pensamiento, Bakugō no tardó en hallar al peliverde ensanchando una enfermiza sonrisa.

AHÍ ESTÁS.

Horas antes, todos los estudiantes estrenaron sus trajes hechos en base a sus propios diseños.

Bakugō lo pensó bien. Un traje llamativo, increíble a primera vista... pero también sorprendía con sus detalles internos. Él encontró la forma de multiplicar el poder de sus explosiones y a su vez, tener una ofensiva que no requiriese de contacto físico para que hiciese efecto.

No dudó ni un segundo en usarlo, ni siquiera ante la advertencia de All Might.

¡COMO NO ME ENSEÑAS TU PARTICULARIDAD, TE OBLIGARÉ A USARLA, NERD DE MIERDA!