Para el chico que me olvidó.

Twelve.

En la noche, llegaste a mi casa con mi mejor amigo, ¡No lo creía!

Casi lloraba de la felicidad, pero me contuve.

Salí y los saludé a ambos, me recibiste con esa sonrisa que ya era muy familiar y me temblaron las piernas.

Estuvimos toda la noche riéndonos con mi familia y mis amigos, era un momento muy feliz que habría querido congelar.

Después todos íbamos en el auto, fuimos a dar la vuelta. Yo escabullí mi brazo por detrás de tu mejor amiga y acaricié tu cabello suavemente.

Pensé que me quitarías pero cerraste los ojos y moviste tu cabeza disfrutándolo un poco más.

Y morí otra vez.