Dolor.

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Su mirada furiosa y sus puños cerrados hablaban por él, impregnado de la ira que le provocaba esa persona frente a él todo a su alrededor perdía sonido y se movía muy lentamente. Mirando con los ojos entrecerrados y evitando que una maldición saliera desde el fondo de su garganta vio como su propia mano alcanzaba aquella mejilla que tanto deseaba golpear.

El otro chico se tambaleó aguantándose el dolor del golpe y avanzó hacia su contrincante para propinarle un puñetazo igual o más fuerte que el que había recibido. La sangre cayó desorbitante desde su ceja y aunque le había manchado el uniforme de la escuela, apretó los dientes empujó a su agresor hasta colocarlo sobre el suelo para poder golpearlo con mayor ventaja, aún si el chico se defendía el rostro con los antebrazos, cada puñetazo era tan fuerte que las contusiones comenzaban a marcarse en su piel.

—¡Ya basta!—su voz, llena de desesperación y tristeza, llegó a sus oídos como una flecha, atravesó su cabeza y alteró todos sus nervios. Ella corrió lo más rápido que pudo y apartó con todas sus fuerzas al chico que estaba golpeando a su hermano mayor.—¡Onii-chan, resiste!—sus ojos la observaron con asombro, llenos de incredulidad y una llamarada de miedo se encendió en su pecho.

—¡Tú, maldito!—la voz del hermano mayor lo regresó a la realidad, se levantó alejando a la chica de su lado para volver a golpear a aquél tipo, la chica lo miró aterrorizada y sintió sus mano temblar.

—Onii-chan...—murmuró, completamente asombrada de ver a su hermano mayor tan furioso, como nunca antes.

El hermano agarró el cuello de la camisa del chico y le propinó un golpe con sus nudillos apretados, recibiéndolo en el labio inferior, tan fuerte y certero que vio su propia mano infestada de la sangre del otro. Aún si no quería que lo viera en ese estado, no iba a dejar que lo golpeara; se soltó del agarre del chico y lo empujó por unos centímetros, escupió la sangre acumulada en su boca estiró su cuello haciéndolo tronar. Cerró la mano con más fuerza que antes y se acercó con la intención de noquearlo.

La chica abrió la boca alarmada, intentando llamar a su hermano para que se alejara de allí, pero su voz no salía, de repente se impulsó ella misma para correr hacia él y apartarlo del furioso ataque, tomó la manga de su hermano y tironeó de él con un poco de fuerza, se giró para gritarle al otro chico que se detuviera, pero lo único que vio frente a ella fue el puño que se acercaba a toda velocidad directo a su frente.

Como si fuera un cadáver cayó desplomándose al suelo tan fuerte y horriblemente que el ruido que hizo su cabeza contra el suelo los hizo reaccionar. Un profesor se acercó corriendo a lo lejos y observó la espantosa situación, rápidamente tomó a la estudiante en sus brazos y les envió una mirada fría y reprobatoria a ambos jóvenes que permanecían inmóviles en sus lugares.

"Yo no quería que esto pasara", el chico sintió el sudor frío que le recorría la espalda y que le caía por los lados del rostro. La faz de la chica inconsciente se quedó en su mente con tanta impresión que no pudo ni parpadear aún después de que el otro chico y el profesor de hubiera ido del lugar.

Ni los gritos exasperados del director ni los comentarios despectivos de los profesores le importaban, en ese preciso momento lo único que quería era verla, respirar tranquilamente al confirmar que ella estaba bien. Sus ojos todavía desorbitados por el recuerdo de ella cayendo al suelo sólo hacían que su cuerpo se tensara y le dolieran los músculos.

—En todos mi años de docencia, nunca había presenciado tal brutalidad—el profesor no paraba de recitar una y otra vez las frases que esos dos adolescentes odiaban escuchar.—Esto ha sido el colmo, ustedes están fuera de control, no es la primera vez que sucede, ¡¿cuántas veces han sido suspendidos por sus peleas absurdas, eh?! ¡Ustedes dos, quedan permanentemente expulsados! ¡Y más les vaga no aparecer por aquí de nuevo!—las palabras más duras que habían oído en mucho tiempo, nunca pensaron que su pelea los llevaría tan lejos como para expulsarlos del colegio. Ambos apretaron los dientes, reprimiendo las ganas de gritarle al profesor que la culpa era del otro.

Itami 「Aomine Daiki」「One-shot」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora