Parte única.

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Baekhyun pertenecía a la clase alta. Era un joven demasiado perfecto como para ser real; hacía todo correctamente y como se debía. Nunca se equivocaba. Nunca nada le salía mal. Era el ejemplo que todos los padres pondrían a sus hijos cuando estos se comportaban mal. "¿Por qué no eres mas como Baekhyun?" era una frase que todos sus amigos escuchaban casi todo el tiempo por parte de sus respectivos padres.

Por esto, cuando vio cómo su mano se estampaba contra la taza de vidrio que contenía su café con leche recién preparado por el personal del lugar al que había ido para estudiar mientras merendaba, creyó que estaba alucinando; cerró los ojos esperando que no fuera real, pero lo era. Y se descubrió a si mismo habiendo volcado todo el contenido de su merienda en la mesa que había escogido, en el suelo y parte en su propia mochila. 

Soltó una exclamación bastante aguda para ser un varón, y miró hacia los lados. El chico que lo había atendido anteriormente se volteó a ver qué había ocasionado el ruido y se acercó hacia él. Todavía no había notado que el líquido caliente estaba derramado por todos lados, ensuciando todo.

-¿Ocurre algo? -preguntó al mas bajo, que lo miró avergonzado-.

El mayor no sabía qué excusa poner, o cómo explicarle al otro que había volcado toda su bebida con un movimiento bruto de su brazo. Eso jamás le había pasado antes, y realmente no tenía idea de qué se suponía que tenía que decir o hacer. Así que se limitó a mirar el líquido caliente de su mesa, con lágrimas en los ojos.
El otro siguió su mirada, confundido, y en el momento en el que vio el desastre, quiso enojarse y echar al petizo. Porque era la octava vez en ese día que pasaba lo mismo, y él no entendía si era alguna clase de burla del universo hacia su persona, o si era que la vida estaba tratando de jugar con su paciencia, pero las ocho veces que había pasado, habían sido clientes suyos los que habían ocasionado el problema. Por esa razón, intentó enojarse, intentó mirar de mala manera al mas bajo. En verdad lo intentó, pero no pudo. Porque él era igual de torpe, y sabía que el otro no lo había hecho aposta. Además, era él, Chanyeol, y le era imposible enojarse con nadie. Soltó un suspiro resignado, y se volteó a mirar a su cliente, sorprendiéndolo con su vista clavada en el suelo, mordiendo su labio inferior con toda la vergüenza del mundo, y lágrimas en sus ojos. No pudo hacer mas que desconcertarse.

-Hey, ¿Por qué lloras?  -cuestionó posando una de sus manos en el hombro de su cliente-. No te preocupes por eso, pasa siempre, en serio no hay problema.

Baekhyun hizo amago de protestar, pero el otro chico ya se había retirado a buscar un trapo para limpiar el desastre que él había provocado. Se sintió mal, había esperado cualquier cosa, que lo echaran, que lo hicieran limpiar, que lo trataran con mal humor. Incluso, en un momento de terror extremo por ser, prácticamente, el primer error que cometía en público en toda su vida, había pensado que llamarían al jefe para hundirlo en su miseria y lo harían quedarse a lavar los platos el resto del día.
Pero no, al idiota de su mesero se le ocurrió portarse totalmente amable y quitándole  importancia al asunto. ¿Pero qué demonios le ocurría al orejón ese? ¿Es que no se daba cuenta que con cada palabra reconfortante, lo hacía sentir peor? ¿Por qué se esmeraba en avergonzarlo? El castaño no lo entendía. Se hubiera sentido mejor si el otro se enfadara con él, se hubiera sentido culpable, sí, pero luego se enojaría, victimzándose. Pero al gigante orejón se le ocurrió portarse súper amable, como si en vez de haber derramado todo, hubiera dejado todos sus ahorros de propina. Y eso lo hacía sentir peor, más avergonzado, más culpable, más idiota

-Yo... lo siento tanto. Soy tan torpe, lo lamento, en verdad -dijo Baekhyun cuando el otro había vuelto a limpiar todo-.

-No te preocupes, no hay problema, acabo de pedirte otro igual -explicó el alto mientras limpiaba la mesa-.

Café con Leche. [ChanBaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora