d o s

8.9K 842 109
                                    

Iris se bajó de su coche y suspiró. Estaba allí otra vez.

Y aquel lugar estaba exactamente igual que como lo vio por última vez. Sin embargo, le sorprendió no ver a todos los niños que Charles había dicho que estarían allí. Se desanimó al pensar que la idea que Charles había tenido por tanto tiempo no había salido bien.

Fue hacia la gran puerta y posó la mano en ella, sin saber si debía pegar. Una vez que entrase en aquella escuela, todos los recuerdos volverían a ella. Todos esos que había luchado por guardar, y que tanto le habían atormentado al principio. Todo ello volvería a ella.

Y mentiría si dijese que no le dolería. Claro que lo haría. Y no sabía si estaba preparada para sentir de nuevo todo ese dolor. Lo había guardado muy dentro de ella durante tanto tiempo que ya apenas era capaz de sentirlo como suyo.

La puerta se abrió sin que ella tuviese que pegar. Detrás de ella apareció Hank, no como Bestia, sino como él mismo.

Iris abrió los ojos sorprendida y sonrió.

—Iris —susurró él y ella lo abrazó.

—No sabía que seguirías aquí con Charles —le dijo ella, separándose.

—Sí, bueno, yo soy el único que le queda —Iris hizo una mueca con la boca.

Quería saber qué era lo que había pasado durante todo este tiempo. Quería saber qué había pasado con Alex, Moira, los niños mutantes que antes estaban en la escuela... Todo aquello había desaparecido. Ahora simplemente quedaba una gran mansión con dos personas en ella. No se parecía nada a lo que ella había imaginado durante todos estos años que sería la vida de Charles mientras ella no estuviese. Y es que todo había cambiado demasiado. Todos lo habían hecho.

—¿Qué ha pasado con tu otro... tú?

—He aprendido a controlarlo. Es complicado —le dijo él y ella asintió.

—¿Ha llegado ya, Hank? —oyó que preguntaba Charles bajando las escaleras.

Al ver a Iris acabó de bajarlas y llegó hasta donde ellos estaban.

—¿Nos vamos ya? —preguntó ella.

—Espera, todavía falta alguien —dijo él y ella frunció el ceño—. ¡Logan! —gritó.

De una de las habitaciones salió un hombre e Iris jadeó al ver quien era. Era el mismo con el que se había despertado un día atrás.

Él, al verla también, dejó de andar y frunció el ceño.

—Tú eres... —empezó a decir él.

—¿Les conoces? —le cortó ella, señalando a Hank y a Charles.

—He venido por ellos —contestó Logan.

—Osea, que lo que decías era verdad... —susurró Iris.

—Espera, ¿os conocéis? —preguntó Charles confuso.

Iris se sonrojó, pensando que Charles ya debería saber lo que había pasado entre ellos dos. Él se metía sin su permiso en su cabeza cuando quería saber algo y eso era algo que Iris odiaba.

Iris observó su rostro esperando ver su reacción cuando lo descubriese de entre todas las cosas que había en su cabeza. Sin embargo, él no hizo nada. Siguió esperando una respuesta por parte de Iris y eso le extrañó. ¿Por qué no había entrado en su cabeza y lo había averiguado por él mismo? Eso era lo que él solía hacer. Siempre lo había hecho.

—Vámonos —dijo ella, dándose la vuelta. Hasta ahora no se había dado cuenta de que en realidad no había llegado a entrar en la escuela y que todo lo que había pasado había sido con ella desde fuera—. No podemos perder más tiempo.

Destruction ◇ Erik LehnsherrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora