Mi vida nunca fue fácil en las calles, entre las mafias, los gansters, las etnias, ser un mercenario no era algo fácil, hacer trabajos para el que me pagará era mi lema, mantener la boca cerrada era el otro que tenía, nada es lo que parece en las calles, el tipo más amable puede ser un loco asesino, el más loco y temido del barrio, un puto marica lame huevos.
Aunque no empecé desde arriba, tuve que pasar por mucho antes de hacerme de respeto, ser conocido entre las calles, ser temido por los grandes, que alguien me pagará para matarlos. Yo siempre hago un trabajo rápido y limpio, pero dejo de aburrirlos con esta mierda y les cuento como empezó todo esto.