Tic, Toc la hora llegó...

Prólogo

POV'S Analina...

No podía contenerme, igual mi hermana, la emoción nos consumía a ambas como si nos estuviera tragando vivas. Aquel internado nos esperaba, con sus puertas más abiertas que nunca, estoy segura. Y además estoy segura que los hermanos Thompson piensan igual, a pesar, de ser un poco miedosos y quisquillosos al respecto de este viaje. De todas maneras, ansía esta aventura más que cualquiera de nosotros.

Nuestros padres, aun no convencidos para llevarnos a ese lugar debido a su mala fama y rumores que habían llegado hasta nosotras, ya sea de boca en boca o por que hayan investigado, de todas maneras, ellos aguardaban en el auto. Giré mi cabeza en dirección a la habitación donde mi hermana Anette y yo dormíamos, y allí se encontraba, un lugar completamente desierto, con tan solo dos camas matrimoniales, la entrada al balcón, y los dos armarios. Casi nada en especial.

Recogemos las maletas, abandonamos el lugar con una última mirada y finalmente nos encaminamos al automóvil dejando atrás todo lo que vivimos durante 18 años de edad.

Al montarme en el carro se escucha una campana, la campana del móvil de mi gemela.

- Son los gemelos - exclamó Anette- Me están avisando que ya llegaron a ese lugar.- avisó tecleando en la pantalla, supongo que contestando a su mensaje.

Enseguida dije:

- Genial, de ahora en adelante durante aproximadamente 2 años, viviremos una vida completamente diferente - esta vez al fin viviré una gran aventura, estoy convencida, reconocemos que es "un lugar prohibido", pero como se supone que no nos aventuremos a la prohibido, sin que sea prohibido no hay aventura. No hay chiste. No hay punto. No hay sentido.

- ¿Seguras que quieren hacer esto? - indagó papá con un tono de preocupación, regresamos a mirarlo y tenía una mirada con una mezcla de rencor, preocupación y hasta miedo, a pesar de que observaba hacia al frente por que estaba conduciendo - He oído que en ese internado ocurren cosas "anormales".

- ¿Qué tiene de malo la anormalidad? - rió un poco mi hermana - Vamos padre no te preocupes, tenemos 18 años, Analina y yo nos sabemos cuidar por nuestra cuenta. - Contesta ella riendo y tratando de suavizar su estado agregándole un poco de gracia en la sonrisa que esbozó.

- Anette, no es que tenga algo de malo la anormalidad, si no que nos referimos a que han dicho que muchas muertes han sucedido en ese lugar -habló la osa mayor, es decir, mi madre- Tu padre y yo no queremos que le suceda algo. - Su instinto maternal. Bah.

Mi hermana y yo solo nos dedicamos a rodar los ojos, a ellos no le preocupan lo que nos suceda, si no los gastos que tienen que cubrir respecto a esas "cosas".

-2 HORAS MÁS TARDE-

Llegamos, y al mismo tiempo que los gemelos, estábamos bajando las maletas hasta que de pronto se nos acerco un señor mayor, de entre 30 y 40 años, supongo que el director, terminamos de bajar las maletas y nos colocamos al frente de éste, al lado de los gemelos.

- Un gusto -empezó a hablar el mayor- Mi nombre es Luke, y soy el director y organizador de todo este lugar.

- ¿Es verdad que aquí ocurrieron distintas muertes? -Habló Caleb, logrando que el mayor frunza el ceño y se tense un poco- Es lo que me han dicho.

- ¿Quien te ha dicho esa atrocidad? - menciono Luke-

- Pues mis padres, y varios señoras que tenían sus hijos e hijas inscritos acá, dijeron que lo asesinaron en ese lugar que por ver, es muy -empezó a hablar Anette- muy...

- Muy extraño, y destrozado -le termine la frase a mi hermana-

- Exacto, así que ¿Acá han sucedido muertes inexplicables? -hablo mi hermana-

- En verdad sí, pero ya eso está en el pasado, nada les sucederá estando en este lugar y siguiendo las reglas -Empezó a hablar el director mientras se tensaba un poco más, y colocaba sus ojos sobre mi hermana-

- ¿Y que nos asegura que eso no es mentira?, ademas, está como que muy tenso - espeto Calvin- ¿Podría dejar de ver de esa forma tan maniática a Anette?.

El director sólo cambio su mirada rápidamente, y nos encaminamos a su oficina, supongo que es para otorgarnos nuestras habitaciones. Pasamos por 2 edificios, es decir, donde están las habitaciones y aulas de clases, pasamos por una piscina, una cancha deportiva, un escenario y una especie de patio, para luego llegar a la oficina. Pasamos no sin antes encontrarnos con esas típicas secretarias putas que andan con minifaldas, Calvin se la quedó mirando mientra que Caleb y Anette se adelantaban. Yo me encargue de llevar prácticamente arrastrando a Calvin a la oficina.

- Existen habitaciones mixtas, pero como son nuevos les colocare con personas de su mismo genero -y allí nos entrego las llaves a cada uno- Cuídense, y suerte -y nos saco de su oficina-

¿Suerte? ¿A que se refería?

¿Cuidarnos? ¿De que?

Este lugar me da mala espina, pero así podría experimentar nuevas experiencias en mi vida, creo.

Nos encaminamos a las habitaciones, la de los gemelos quedaban justamente al frente que la mía y la de mi hermana. Así que decidimos entrar, no encontramos con dos chicas, una pelo castaño con californianas amarillas, y luego estaba otra chica de cabello castaño claro, al entrar con mi hermana se voltearon al mismo tiempo a vernos, con una mirada un poco, rara...

- Em... Hola, mi nombre es Anette y ella es mi hermana Analina - empezó a hablar mi hermana, mientras que al nombrarme me señalaba- Supongo que ustedes son nuestras compañera de cuarto.

- Sí, somos nosotras -exclamó la castaña clara-

- Mi nombre es Sandra, y ella es Maria -señalo la chica pelo castaño con californianas- ¿Son nuevas?, ¿O el director las mando a esta habitación?

- Nuevas, lo supongo -exclamo Maria.

- Exacto, somos nuevas -dijimos al mismo tiempo, mi hermana y yo, mientras que ellas intercambiaban miradas y sonreían de una forma diabólica.

Anette y yo intercambiamos miradas, se notaba en nuestras caras que nos encontrábamos confundidas, le restamos importancia y recogimos nuestras maletas del suelo, él cuarto constaba de dos literas, dos armarios, y un cuarto de baño.

Mi hermana y yo estábamos discutiendo sobre quien iba en la parte superior de la litera, hasta que me di por vencida, mi hermana sonrió de una forma victoriosa, provocando que le revire los ojos, me dirijo al armario y guardo toda mi ropa y la de mi hermana, posteriormente volteo para encontrarme con una Sandra y una Maria mirando con atención a mi hermana, como si la estuviese examinando.