DÍA 4 (Parte 1)

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Me encuentro en la calle principal de la ciudad, todo está muy oscuro y mojado, la noche es cerrada y recubierta de nubes. No hay ni una sola estrella.
Las estrellas se ven muy pequeñas desdé la tierra y son increíblemente enormes desde el espacio. ¿Me verán pequeña las estrellas? ¿O tan gorda como ellas?
No se en que dirección caminar, sólo se que mis pesados pies pisan tan fuerte los charcos de agua que se me podría escuchar desde las casas de al rededor.
Me he escapado de casa porque mis padres llevan dos semanas haciendome comer las cinco comidas del dia a único plato: ensalada.
"Es un regalo para tu cumpleaños" -Dijo mi madre.
"Pero si faltan todavía dos semanas" -Le contesté yo hace dos semanas"
"Da igual hija, un años más diez quilos menos. ¿Deacuerdo?" -A continuación abraze a mi madre con mis rechonchos brazos.
Siento que todos los edificios se los come la oscuridad. Doy un respingo al ver cinco figuras humanas hacercarse hacia mí.

-Vaya...vaya... Una regordeta...-Dicen una de las sombras.

-Cuanta más grasa mejor lo pasa. -Se ríe la sombra más gorda.

-¿No dices nada pequeña? -Dice otro hombre.

-¿Pequeña? -Vacila el hombre gordo. -Quedras decir enorme.
Los cinco empiezan a reírse a carcajada.

-¡Que hables coño! -Dice el único que no ha hablado. Se cerca más a mi y su rostro queda iluminado por la farola. Me empuja con sus dos manos y me caigo encima de él charco más grande de la calle.-A ver su escondes tanta grasa como parece. -El hombre empieza a destrozarme los arapos que visto como ropa hast djarme totalmente desnuda en el frío suelo.

-¡Mike dejala, ya ha sido suficiente! -Grita una de las otras sombras.

-¡Callate! -Grita el hombre que que está a punto de hacerme algo horroroso.

Se me nubla la vista y un palo enorme me golpea en la cabeza.
Algo sucede después pero se me bublan todos los sentidos a causa del golpe.
Unas sirenas empiezan a sonar...

-¡Socorro! -Digo despertándome de el sueño con un fuerte sonido de claxon.

-¿Otra vez el sueño del recuerdo de ese día Joana? -Me pregunta mi madre que ha entrado en el coche sin que yo me de cuenta. (Estaba dormida. Las gordas dormimos profundamente bien)

Asiento y empieza a enredarme mi pelirrojo pelo en los dedos.

DIARIO DE UNA GORDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora