Sus labios

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Todos nos quedamos callados, se sentía como caían bombas, luego las luces se prendieron y todos empezaron a murmurar, en eso hablo la Señorita Robinson:
- Todos cálmense no pasa nada, solo fue un pequeño apagón - luego la maestra me señaló - tú pasa al frente.
Me puse en frente de todos los alumnos y empece - Hola me llamo Jennifer Johnson ya casi cumplo 16 y vivo con mi mama y mis abuelos, mi papá ahora está en casa por qué tiene la pierna muy mal y mi hermano está peleando desde hace 4 años. - dije mientras veía a Chris como si él me diera confianza.
- Disculpa pero ¿tú papá es Alexander Johnson y tu hermano es William Johnson?
- Si, ¿usted los conoció?
- Tu padre fue mi maestro y el mejor General y tu hermano fue mi compañero. Es bueno tener otro Johnson aquí, ve a tu lugar.
- Gracias
El timbre sonó, era hora de nuestro descanso, mientras íbamos a la cafetería mis amigos me estaban preguntando por qué nunca dije nada, Chris era el único que no preguntaba por qué él sabía toda la historia.
- Con razón en la casa de tu abuelo hay muchas medallas - dijo Ashley sorprendida - ¿por qué no dijiste nada?.
- No había nada que contar, solo por que la gente sabía que era una Johnson ya era importante.
- Yo antes no sabía que eras una Johnson y eras muy importante para mí - dijo Chris mientras se paraba en frente de mí y me agarraba de la cintura.
Selena me empujó e hizo que me acercara a él, estábamos cara a cara - tal vez por qué yo era tu única amiga - dije sonriendo.
- Tal vez - dijo poniendo su frente contra mi frente.
- Creo que iré a ver qué hay en el menú, chicos ¿me acompañan? - dijo Lynwood.
- Si ya me dio hambre - dijo Óscar.
Todos se habían ido a formar para comprar algo de comer por qué no se iban a llenar con el sandwich que mi mama les había dado. Chris y yo nos fuimos a un café, ya que teníamos una hora de descanso, nos pusimos a platicar de cómo éramos de niños.
- Te acuerdas cuando tu papá nos puso a entrenar defensa - dijo Chris
- Si, antes no era tan buena en la defensa, pero siempre era buena con las armas.
- Pero aunque que te cuidabas el frente, nunca te cuidabas tanto la espalda y todavía te pasa eso.
- ¿A caso estas retándome? - dije tomándole un trago al café
- Podría ser - dijo mirando su reloj - todavía queda media hora; pero ahora sí cuida tu espalda - dijo sonriendo.
Nos dirigimos a la Zona C donde la gente se prueba, jugamos con otros chavos, yo estaba en el equipo rojo de las chicas y Chris en el equipo azul de los chicos, el juego trataba de acabar con todo el equipo contrario; empezó el juego, siempre vigilaba hacía que direcciones iba cada uno, pero por alguna razón no había visto hacia donde se había ido el, me fui a un edificio de 4 pisos, veía todo desde arriba. Hasta que de repente alguien me agarro de la cintura.
- Te dije que te cuidaras la espalda, eres la misma que de hace 5 años - inclinó su cabeza en mi espalda, podía sentir su respiración.
- Eso es lo que me gusta de ti - dijo volteándomela y tenerlo de frente - Bueno, en realidad, toda tú me gustas, me gustas desde el día que nos conocimos, lo recuerdo como si fuera ayer.
- Tu también me gustaste desde ese día, aunque eras tímido tuviste el valor para ir a mi casa a presentarte - dije mientras lo miraba a los ojos - la primera vez que nos besamos fue por qué yo me atreví, si no, no te atrevías ni a abrazarme.
- ¿Quieres ver que ahora si me atrevo?.
- Si, quiero ver - dije viendo sus labios.
De repente nos quedamos viendo por un momento y me besó, sus labios se sentían cálidos, sentí como si ese beso hubiera durado una eternidad, sentía como me tenía agarrada de la cintura. Nos separamos y Chris dijo feliz:
- Será mejor que nos vayamos o nos van a castigar.
- No podemos hasta que acabe el juego - dije
Agarro el arma y se disparó en el estomago.
-Listo, pero ahora, quiero estar contigo - dijo sonriendo.
Me reí y me volvió a besar, me encantaba esa sensación que tenía, sentía que estaba segura y con alguien muy especial para mí.

El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora