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El sol le pegaba en la cara a Baltazar por esa razón fue por la que se despertó, la noche se había hecho muy corta para él, terminaba de vestirse cuando se escuchó que alguien abría la inmensa puerta del granero, una mujer de no más de  25  años con aspecto de humana, de ojos color café y el pelo  castaño oscuro, delgada, parecía ser una persona muy deductiva, tenía  cara de risueña y una sonrisa hermosa.

-El desayuno ya está servido- dijo la joven mirando hacia la baranda del segundo piso.

-¿Estoy invitado al desayuno?- pregunto Baltazar.

-Por supuesto,  eres un invitado en esta casa- respondió la joven y añadió -¿te llamas Baltazar?  verdad.

-Si, y ¿como te llamas tú?- respondió y preguntó Baltazar.

-Chloe- respondió y añadió  -¿vas a ir a comer o no?.

-Si  allá voy- respondió Baltazar con una sonrisa en el rostro, luego de que este le respondiera Chloe salió del granero y se dirigió  a la casa mientras que Baltazar bajó del segundo piso aleteando y  camino hacia la casa.

El patio estaba muy limpio y era bastante amplio, la casa estaba centrada en medio de todo y era de color blanca con tres pisos, un balcón que daba vista a un río, al costado derecho había dos canoas, un bote y remos.

Antes de que Baltazar llegara por completo a la casa la puerta se  abrió  era el hombre con quien  la noche anterior él habló.

-Vamos, pasa, no seas tímido, adelante siéntate- dijo el hombre de forma cortés.

-Esta bien- dijo Baltazar de forma nerviosa y timida y se sentó al lado de Chloe y esta le sonrió, -por cierto mi nombre es Jorge- dijo el hombre,  no trataron de hacerle muchas preguntas durante el desayuno, solo las necesarias tratando de  lograr aunque sea un gramo de confianza, algunas de ella fueron ¿de donde vienes? o ¿perteneces a los soldados de Bog angel?  Baltazar respondía con completa sinceridad y esto muchas veces hizo a Jorge cambiar la expresión de su rostro.

Al terminar el desayuno Jorge le dijo que ya podía comenzar a cortar el árbol para poder hacer leña y Baltazar agradeciendo lo delicioso que estaba el desayuno se retiró de la mesa para poder cortar aquel árbol.

Mientras cortaba el árbol escuchó que la puerta de la casa se abrió, no se volteo para ver quien era, solo seguía cortando mas y mas  y cada vez con más fuerza, se elevo un poco y aterrizó con fuerza y clavó el hacha en aquel arbol cortando solamente la punta.

Estaba a punto  de seguir cortando cuando escucho la voz de Chloe diciendo de forma sarcástica:

-¿A quien quieres matar?-, tartamudeando Baltazar respondió -n.. no .. a nadie-  y luego preguntó -¿por qué  lo dices?.

-Pues...  porque golpeas a ese pobre árbol como si fuera tu peor enemigo- respondió Chole.

-¿A qué has venido acá afuera? pregunto Baltazar.

-Mm es mi casa y puedo hacer lo que quiera- dijo seriamente y luego soltó una sonrisa, Baltazar la miro seriamente y sin decir ni una sola palabra, Chloe  lo miró unos instantes y se rió de él y dijo: -es broma te vine a preguntar ¿cuanto tiempo te demoraras en terminar?, no te enojes.

-Esta bien no me enojare, creo que hoy  termino con este y dejó a medias el otro y mañana ya me podre  ir- dijo seriamente, luego de escuchar eso Chloe se dirigió a su casa y Baltazar al darse cuenta de esto dijo: -¿Me podrías hacer compañía aquí?, ella lo pensó unos segundo y luego respondió: -bueno, solo espero que sepas entablar buenas conversaciones.

-Mm seee también yo- dijo en tono esperanzador. 

Chloe se devolvió y se sentó  en una banca que estaba cerca de  los árboles, estuvo unos minutos sin decir absolutamente nada, solamente observando como aquel angel cortaba y para romper aquel silencio tan incomodo que se produjo le preguntó: -¿Cuántos años tienes?.

-Tengo 24 y ¿tú?- respondió Baltazar.

-Yo tengo 23, en  un mes cumplo los 24- respondió.

Así pasaron toda la tarde, haciendo y respondiendo preguntas como si fueran viejos amigos,  como si para ellos el tiempo se hubiese detenido, sin darse cuenta Jorge desde una ventana los observó un largo tiempo  sin interrumpir su conversación, solo observando de forma nostálgica.

Ese día nadie almorzó pues Jorge no tenia nada mas para comer que pan y mantequilla, no le dijo decir a Baltazar, quizás para que no sienta pena o para no molestarlo.

-¡Termine, el primer árbol!- dijo Baltazar con alegría, paso unos segundo y luego añadió-¿sabes estaba pensando en ir a cazar un cerdo? ¿que dices? digo para cenar. 

-Le voy a preguntar a mi padre voy y vuelvo-  dijo Chloe.

-Esta bien- pasaron unos minutos y  luego ella volvió y dijo: -está bien vamos- dicho esto le paso un arco y flechas de color rojo al igual a las de ella. -¿A dónde piensas ir?- preguntó Chloe.

-Mmm que tal al monte Naya, está a 15 minutos de aquí yo te puedo llevar en mis brazos mientras vuelo ¿que dices?.

Ella no respondió solo movió la cabeza en signo de aceptación, y luego de ello Baltazar la tomó de las cinturas y emprendió el vuelo, él tenía razón el monte estaba cerca, al llegar allí busco el lugar más seguros para ascender.

-Allí hay uno, ¿lo ves detrás  de los manzanos?- dijo Baltazar.

-Si, lo tengo-dijo Chloe y apuntando con el arco  logro atravesar la cabeza del animal.

-Bien hecho, vamos por el- Dijo Baltazar mientras se acercaban a la presa.

-No den ni un solo paso más- dijo un hombre que los apuntaba con un arco.

-Ese animal es nuestro- dijo Chloe.

-Pues ahora no, vamos llévense lo- dijo aquel hombre,  mientras aparecieron cuatro hombres con espadas.

Ellos lo superan en número, no hicieron absolutamente nada pero para aquellos hombres parecía que no bastaba.

-Solo para asegurarnos de que no nos sigan me veré obligado a tener que hacer esto, no es nada personal- mientras decía esas palabras movió su mano derecha y cerrando el puño Baltazar y Chloe se desmayaron  -amarrenlos- dijo el hombre 

-Pero Gabriel  ellos ya no puede hacer nada- dijo uno de los hombres tratando de evitar que lo amarraran.

-Háganlo ahora o querrás terminar peor que ellos- dijo  Gabriel una voz que se escuchaba doble mientras su ojos se tornaban de color amarillo, después de esto el hombre que se atrevió a desafiarlo  no   mencionó ni una sola palabra, cumplió con todo lo que le ordenaron, exceptuando que no ato de forma correcta la cuerda para que al menos pudieran desatarse cuando despierten.

Después de atarlos, los dejaron separados y uno de ellos abrió un portal hacia una cueva oscura, Baltazar con la vista débil logro ver la espalda de Gabriel antes de que se cierre el portal pero después se volvió a desmayar.







BaltazarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora