Parte 1

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En vista de los recientes plagios que he sufrido de mis shorts y long fics, he decidido que cualquier fic que haga en fanfiction también lo subiré aquí en wattpad, así que por favor, si alguien ve alguno de mis fics en otra cuenta por favor díganmelo por medio de MP o en mi página de Romance Erótico, yo se los agradeceré muchísimo. 

Disclaimer 1: todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, yo solo los tomo para que nos hagan feliz un rato, aunque la historia es muy MÍA.

Disclaimer 2: espero no les empalague y sé que podría resultar monótono y aburrido, pero en un one shot, no me gusta dejarlos infelices, así que felices como perdices.

Discalimer 3: Si bien es cierto es una historia de Halloween, como lo subí hasta un 2/nov lo edité para que fuese Halloween/Noche de muertos, solo lo aclaro por lo que encontrarán adelante.

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Dulchetato.
1ª parte


—¡Dulce o agggggg!

Los niños salen corriendo al verme disfrazada de zombie, el maquillaje que he ocupado dando la impresión que parte de mi piel se está cayendo los ha asustado.

—¡Hermana! —reclama mi hermano menor—. ¿No podrías utilizar solo un sombrero de bruja o algunas orejas de gato? —Souta se disculpa con los padres de los infantes que salen corriendo.

—Pero, me ha tomado mucho tiempo lograr el efecto —lloriqueo, mi madre dice que en ocasiones él parece el hijo mayor a pesar que es 4 años menor que yo.

—Vete a lavar hermana por favor —me insiste avergonzado—, o de lo contrario la provisión de dulces y chocolates nos quedarán de por vida.

He comprado una cantidad absurda de dulces, chocolates y paletas, generalmente en nuestro vecindario a pesar de ser privado, hay muchos niños que se disfrazan tocando cada timbre recorriendo cada casa en busca de un buen botín, así que cada año me preparo de provisiones para no quedarles mal.

Hago lo que Souta me indica y me quito el maquillaje y me decido por mi disfraz número 2. El timbre vuelve a sonar y me emociono.

—¡D-dulce o... Aggggg!

El 4º grupo de infantes sale corriendo también, Souta me vuelve a regañar.

—¿Y ahora qué tengo de malo? —lloriqueo dándome la vuelta para enseñarle mi traje de vampira a mi hermano.

—Si solo tuvieras el traje no estaría mal, pero tus colmillos, la sangre y el pedazo de brazo que vas mordiendo sacándole la sangre no es una buena combinación.

—¿Por qué? Los vampiros toman sangre.

—Hermana —Souta se empieza a impacientar.

—Vamos hijo, tu hermana solo siente el espíritu de la noche de brujas —interviene mi madre.

—Pero que lo sienta en alguna fiesta o alejada de los niños, de lo contrario empezarán a decir que en esta casa viven monstruos y los niños no se acercarán —mi madre sonríe—. Así que pasaremos al plan B.

—¿No sería el plan C? Porque este es mi segundo disfraz —Souta niega de un lado a otro.

—Mi plan A era dejarte a ti los disfraces, el plan B es que te pongas lo que te he preparado.

—Pero....

—¡Sin excusas! O de lo contrario no podrás salir a repartir los dulces.

Mi hermano menor es un viejo de 70 años amargado y solitario encerrado en el cuerpo de un chico de 20, mi madre ríe llevándome a su habitación para entregarme el disfraz que ha preparado para mí. El timbre vuelve a sonar.

DulchetatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora