CAPITULO 3

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PASARON 9 AÑOS....

Despues de haberme metido en una escuela militar a los 6 años, estaba obligado a ocultar mis poderes, curso noveno grado y tengo buenos amigos, pero no saben mi secreto. Comenzando el año, entré al salón preparado para el primer dia de clases en grado noveno, me senté en el puesto que me había sentado toda mi vida, miro la puerta y van llegando todos los amigos de mi infancia.

Entra el profesor.

-Buenos dias jovenes, bienvenidos a su grado noveno, espero que este año me presenten buenas notas....- Dice el maestro con buen humor- Hoy viene una nueva estudiante, se llama Laura...

En ese momento senti algo extraño, sentia que ese nombre me sonaba...
¡¡¡TALVEZ ERA LA HERMANA DEL PRIMO DEL QUE LE LAVÓ EL AUTO DEL AMIGO DEL HERMANO DE MI AMIGO CON QUIEN HABLE AYER!!!

La niña entró, y revisé si era verdad mi pensamiento, al entrar quedé completamente paralizado...

-¿Liam?- me dijo al verme sentado mirando la puerta y con los ojos como platos.

-¿Laura?

Se sentó delante mío, en un puesto que sobraba. nos quedamos asombrados por habernos encontrado 9 años después.

El maestro nos habló sobre un entrenamiento militar que se desarrollaba, dentro del colegio. Al minuto llegó el teniente coronel de la base. Nos hablo sobre lo que se trabajaba ahí, y se manejaban armas y el fisico.

Laura y yo nos metimos en eso, y aprendimos a usar un arma. Sentí algo raro al apuntar al blanco, y al oprimir el gatillo pasó algo asombroso, le atiné al blanco con una bala que hizo estallar la tabla donde estaba apuntando. Todos se me habían quedado mirando...
Laura intentó lo mismo, y la bala brilló al disparar, y al ver la tabla que fué disparada por laura, estaba como si la hubieran salpicado con neón.

Al terminar clases, le pedí permiso a mi mamá para ir a la casa de Laura. Y me dejó.

Al llegar a la casa de ella, saludé y conocí a su padre, quien la cuidaba. Al entrar a su cuarto me sorprendí de todo lo que había hecho.

Las paredes estaban pintadas con unas lineas fluorescentes, que decoraban el cuarto y le daban vida a la habitación. Habían posters de sus artistas favoritos, los cuales yo tambien conocía.

Recuerdo cuando intenté pintar la pared... pero terminé quemando las cortinas. Desde entonces tengo prohibido el uso de humo en la casa, a menos que lo necesitemos.

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