Querido futuro novio...

Una decepción más.

Espero que te haya gustado el sabor de tu helado, ¿de qué habrá sido?, ¿vainilla?, ¿chocolate?, quién sabe.

Tal vez te preguntarás porque éste capítulo se llama así... Y pues es porque no llegó, BR, no fue.
La verdad es que ya iba tarde y le mandé un mensaje diciéndole que me esperara, guardé el celular y me subí al camión. Estaba a dos calles del lugar planeado y quise saber si al menos había visto mi mensaje. Sí, sí lo había visto e incluso respondió, dijo que no le iba a ser posible llegar, porque estaba trabajando con su papá, me enojé muchísimo.
Me bajé del camión, crucé la calle y me subí al que iba hacia mi casa.
Llegué y me encerré, de repente sentí húmedo sobre mi cara, estaba llorando y ni siquiera lo noté.
Era un llanto extraño, de enojo, decepción, tristeza, y amor... Porque, ¡maldita sea!, no sabes cuántas ganas tenía de volver a verlo, de acercarme una vez más a él, de respirar su olor, de abrazarlo y de platicar.
Pero no se pudo, porque yo ya no soy tan importante para él, por eso no fue; de seguro lo olvidó. Si tan solo supiera que yo jamás olvidé nada acerca de nosotros... Pero que más da, él ya no me quiere.
Y para este punto, yo tampoco lo quiero a él, ya lo habré superado, y por eso estoy contigo, querido futuro novio.