Capítulo 8: "La pesadilla"

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Sabíamos que esto podía pasar. Estábamos cerca de mi casa, por lo que supuse que la gente iba a reconocerme aunque yo no quisiera, pero esa no era mi preocupación. Su mirada. Creo que las miradas son el puerto USB de las personas, la única manera real de conectarse, y trasmitir algo. Su mirada era distinta, no sólo me reconoció sino que sus ojos me decían que sabía más de mi que yo misma. Intente balbucear una respuesta que no supe formular. Me asusté. Sus ojos acusadores me pusieron nerviosa. ¿Quién era?

- ¿Victoria sos vos?- repitió con desconcierto.

-¿Se conocen?- Dijo Benjamín mirando a la mujer, tirándome un salvavidas.

Él sabía que yo no reconocía a nadie, pero supongo que pensó que preguntando eso lograría sacar alguna información de ella. La mujer lo miro, estaba tan nerviosa como yo. Dudo en responder.

- Si. Necesito que se vayan de aquí -Dijo firmemente después de un suspiro-.

Mis ojos se unieron a los de él que estaba tan confundido como yo. Me asuste aún mas. ¿Por qué nos echaría?

-¿Por qué? - dijo Benjamín casi con miedo.

Mi respiración se habia acelerado, y hacia lo posible por presionar a mi memoria. No recordaba. Su cara era tan familiar que se me hacia extraña. Comenzó a dolerme la cabeza por el esfuerzo que estaba haciendo, y era en vano. Ella miró hacia ambos lados antes de responder, se acercó un poco mas a nosotros como quien va a contar un secreto.

-Soy Dolores, Dolly- Dijo mirándolo a él, suponiendo que eso yo lo sabia, pero al ver mi cara de confusión, siguió-. Quizás hace mucho tiempo que no nos vemos, yo era una de las mejores amigas de tu madre.

¡Dolly! Esa oración aclaró mis recuerdos. Dolly era del pueblo y, como tantos, terminó en Paulú buscando una mejor forma de vida. Era amiga de mamá desde antes de mi nacimiento, creo que se conocieron en el colegio. No lo se. Siempre fue como una tía para mi, dulce y amable, a pesar que después del accidente no la vi mas de dos o tres veces. En ese momento sólo llegó a mi una imagen retrospectiva de Dolly abrazándome en el entierro de mis padres. Por un segundo el temor se desvaneció y me permitió hablar.

-Claro, Dolly, me acuerdo de vos. ¿Por qué debemos irnos? - fue todo lo que pude decir.

- Vicky... Yo... - Volvió a mirar a los costados y murmuró- Yo lo se todo.

-¿Qué es lo que sabe? - Benjamín estaba tan desconcertado como yo.

-Todo- y lo miró antes de seguir-. Lo de su hermana, lo de su hija- Hizo una pausa, en la que yo pude tragarme el nudo que había en mi garganta y se dirigió a mi-. Te están buscando, no podes estar acá.

- ¿Cómo lo supiste? - el temor y el pánico volvieron a invadirme.

- Los rumores corren rápido, corazón. ¡Necesito que se vayan!

-Dolly, necesito tu ayuda.

-Siempre te quise mucho, y lo sabes, por eso te doy la oportunidad de irte ya. Lucas tiene conocidos en todos lados.

- ¡Ayúdame! - supliqué.

- Te estoy ayudando, vete.

- ¡No me voy a ir a ningún lado! - Grité golpeando mis puños en la mesa, estaba fuera de mi. El lugar estaba repleto de gente, y todos voltearon a verme, pero no podía controlarme, yo sabía que ella tenia mas información.

-Victoria, no podes estar acá, si te quedas estoy poniendo en peligro a muchas personas - susurró cuando las personas dejaron de vernos, y mirándolo a él termino-. Llévatela.

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