Me encantaría culpar a alguien más por esto, alguien que no sea nosotros, los humanos. Podría decir, me encantaría decir que esto paso hace años y las personas se acostumbraron a vivir así, pero no. Esa no es la realidad.
Todo esto comenzó ayer, lo sé, muy estúpido ¿No creen?
A pocos minutos de aquella explosión, causada por unos militares en un helicóptero, que se estrelló contra el suelo, empezaron a salir personas por los costados, pero personas descontroladas, por la explosión, pensé yo. Estaba equivocado.
Eran esas horribles criaturas que hace poco se encontraban en mis historietas, dentro de ellas no fuera en el mundo real, aunque debo admitir que siempre soñé con que pasara esto, solo imagínense, ya no más universidad, sin levantarme temprano, chicas sexys matando zombies y lo más importante ser el héroe de la historia, él que rescata a la chica de ser comida. Ese era mi sueño.
Pero termine aquí, en una tina junto a un chico pelirrojo, tal vez fue solo un sueño, sí, solo un sueño todo esto.
Me levanté con cuidado, estaba descalzo, sin la camisa roja a cuadros que llevaba antes de... el sueño, supongo. Vi al chico, ¿Debería dejarlo aquí?, es más importante saber ¿Dónde estoy?, decidí por salir de la tina y dejar el baño, que por cierto no está tan limpio.
Abrí la puerta y me encontré con un largo pasadizo, el piso estaba frío y lleno de polvo, al frente mío había tres puertas pero una toda destrozada, vi el interior de esta.
Escombros, el vidrio roto de las ventanas en el suelo y un árbol se colaba entre la única ventana que estaba intacta.
Me aleje con cuidado de no pisar ningún vidrio roto, me dirigí hacia la otra puerta, estaba cerrada, pero en la puerta se podían apreciar arañazos. Pegue mi oreja a la puerta, se oían quejidos o más bien gruñidos. Me aleje.
Y la última, la abrí, era un cuarto de color azul, demasiado ordenado para esta casa, la cama tendida y había ropa limpia encima de ella, no lo dude y me la puse, volví a examinar el cuarto, una pistola encima de la mesita de noche, la tome y salí.
Ya cambiado, seguí caminando hasta el final del pasadizo, había una pequeña sala con solo una mesa, una silla, un televisor roto y un sofá.
En él sofá había algo, más bien alguien, apestaba.
-¿Ya despertaste?- dijo el alguien que estaba en el sillón.
-¿Quién eres? ¿Qué hago en tu casa?- apunte la pistola, mi mano temblaba, la persona se paró del sillón y dio media vuelta.
Era un tipo realmente grande, con barba y uno de esos gorros de camionero que todos querían tener hace unos pocos años, me hizo acordar al drogadicto de mi tío, sí que odiaba a ese tipo.
-Oye niño, tranquilo, te acabo de salvar la vida.
-¿Qué dices? No me acuerdo de nada, ni te conozco.- él se acercó mas pero lo apunte de nuevo.
-Te encontré en el bosque
-¿Y eso que tiene que ver?
-Te salve de ser mordido, o mejor dicho, comido.
-¿Qué?- no entiendo nada, esto no es de verdad, todo es un sueño.
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Apocalipsis
Science FictionCuando las personas se empiezan a comer entre sí, ¿Qué harías? 1) Robarías las tiendas como un idiota. 2) Buscarías un grupo. 3) Trabajas solo, te cuidas solo y lo más importante, no confías en nadie. Bueno, eso no importa ahora, lo más importante e...