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Capitulo 4

Me llamo Gwen y como todas las personas de este mundo tengo un reloj en mi muñeca que dice que hacen falta 643 días 7 horas 20 minutos y 3 segundos para encontrar el amor de mi vida, aunque es obvio... Nunca lo voy a encontrar.

Desde que era niña siempre he sido una persona muy tímida y a veces siento que soy invisible para las personas que me rodean.

Siempre veía como mis vecinos se divertían y jugaban juntos toda la tarde, recuerdo precisamente a un niño tan lindo, tan amable con las personas, tenía una familia unida y feliz.

No como la mía, mi madre murió cuando tan solo tenía tres años, y mi papá me tuvo que criar solo, llevando más de tres trabajos para mantenernos en una buena zona de la ciudad y satisfacer nuestras necesidades. Él es la persona que más admiro, es realmente mi héroe, nunca dejó que me pasara nada y aunque creo que es una de las razones por la que soy tan reservada y tímida, sé que lo hacía con amor.

Luego ese niño dulce y amable se convirtió en un joven apuesto y encantador, no recuerdo bien su nombre pero wow desde ese momento se convirtió en mi amor platónico.

Pero bueno, de vuelta al presente, tengo 20 años vivo en Inglewood una pequeña ciudad al este de California, mis papás son originarios de Gales pero como todas las personas, se mudaron a este país cuando la plaga empezó a afectar a todas las personas, mis rasgos son bastante raros para las personas que viven aquí.

No me considero una persona linda, tengo una piel muy clara unos grandes ojos azules , y la cara manchada con varias pecas... Por eso se burlaban de mí, por ser la niña pelirroja y con pecas en el salón, aunque eso no me importó mucho. Por mis calificaciones salí del colegio cuando tenía 15 años y acabo de graduarme de enfermera, así que estoy en el hospital todo el día atendiendo personas, no tengo tiempo para mí, pero no importa porque me gusta ayudar a los demás.

El teléfono empieza a sonar

-Hola Gwen ¿Qué tal estás?, habla el doctor Rodríguez, necesito que mañana llegues una hora antes de que empiece tu turno-

-Emm... Si está bien doctor-
Dijo Gwen un poco nerviosa

-¿Te encuentras bien Gwen?-

-Si... Estoy bien ¿Para qué quiere que llegue antes?-

-Es que la jefa de enfermeras está de vacaciones y necesitaba a alguien de confianza para cubrirla, por eso pensé en ti-

-¿En mi? Pero si acabo de empezar a trabajar hace algunos meses-

-Es correcto, y por eso te hace especial, te dejo Gwen pasa buenas noches-
Cuelga el teléfono

-¡Gweeeen!-

-¡¿Si papá?!-

-¡Ve a sacar la basura!-

-Papá yo la saque ayer, hoy te toca a ti-
Decía mientras se dirigía al comedor

-Este... Si... Mmm... ¿No me queres hacer el favor linda?-
Le respondió su padre con una sonrisa en el rostro

-¿En serio?¿Estás llorando porque no quieras sacar la basura? Lo voy a hacer porque me das risa-
Dijo Gwen con un tono sarcástico

Gwen agarró la bolsa de basura y salió de la casa y cuando la dejo en el basurero se quedo viendo a una casa

-¿Max? ¿Porque está tan ocupado a estas horas de la noche? Creo que está haciendo algo como una carta, está escribiendo mucho y está haciendo esa cara de concentración tan linda... No es que diga que sea súper guapo y que tenga unos hermosos ojos... ¿Que estas diciendo Gwen que estas loca?-
Pensó Gwen mirando fijamente a la ventana del cuarto de Max
-Como quisiera ser Kriss para tenerlo cerca-