Sorry. [Arrogant#2]

Capítulo 4

— ¿A dónde van?

— Haru quiere salir. — respondió Mizuki a la pregunta de Kuroko.

Su hermano asintió, y se fue. Haru se puso su bufanda color lila y sonrió abiertamente, mientras Mizuki se ponía la suya con tranquilidad y buscaba sus cosas.

— ¡Date prisa, Mizuki-chan! ¡Quiero conocer el lugar~! — chilló Haru tomando uno de sus brazos y sacudiéndolo.

 — No te pongas ansioso, ya vamos. — murmuró.

Haru asintió, y cuando Mizuki terminó de arreglar su bufanda y sus cosas, ambos salieron de la casa. A penas cruzaron la puerta, Haru se apegó a ella quejándose.

— Hace mucho frío, Mizuki-chan... — se quejó.

— Tú quisiste salir. — recordó ella con su voz inexpresiva.

— ¡Está bien~! ¡Vamos~! — chilló agarrando su mano y la arrastró por el lugar.

Estuvieron caminando y viendo los lugares, haciendo que Mizuki se pusiera un poco melancólica al recordarlos. Haru chillaba y la arrastraba por todo lo que le llamara la atención. Y ella no se quejaba, solo se dejaba arrastrar por su mejor amigo.

 — Tengo hambre~, ¿tienes hambre, Mizuki-chan? — le preguntó cuando se detuvieron.

Ella asintió, sin observarlo. Haru sonrió y la agarró de la mano, caminando junto a ella por las calles para ver que podían comprar.

Mizuki dejó de sentir la cálida mano de Haru por un momento y dejó de observar el suelo.

— Lo siento, Mizuki. 

Retrocedió mientras buscaba con la mirada a Haru. Por suerte, lo encontró no muy lejos y evitó la curiosa mirada de Akashi para acercarse al peligris. El pelirrojo dejo de observarla y dirigió su mirada hasta Haru.

Mizuki se alejó de él, pero no mucho.

Akashi la agarró de la muñeca, haciendo que dejara de caminar.

— ¿Estás bien?

Mizuki asintió, soltándose del agarre bruscamente.  Akashi tomo mucho aire, y luego lo botó aun observándola. 

— Lo siento por todo, Mizuki.

El corazón de Mizuki se detuvo por un segundo, pero volvió a latir con normalidad a los pocos segundos. Se arregló su bufanda y le dirigió una mirada llena de frialdad y desdén.

— No me interesan tus disculpas, Akashi. En realidad, no me interesa nada que venga de ti.

Dejo de mirarlo y camino hasta Haru, quién lo estaba esperando. 

 — ¿Qué sucedió, Mizuki-chan? — Preguntó Haru con curiosidad, una curiosidad que no era capaz de disimularlo.

— No paso nada, Haru. —respondió ella.

Haru se encogió de hombros y siguieron juntos su camino en silencio.