Capítulo 1 - Un lugar seguro

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- ¿En qué rayos estabas pensando Astrid?!- exclamó Sam - Negan nos matará a las tres si tu estúpido plan falla.

Mi mirada no se había movido del horizonte reflejado en la ruta irradiando el calor de un intenso sol veraniego. El ruido del motor de la motocicleta invadía mis oídos, pero Sam no se daba por vencida en llamar mi atención desde la otra moto. Desde que salimos de la comunidad no habia dejado de repetirme que esta era una mala idea, totalmente destinada a fracasar, pero iba a tomar ese riesgo. Por el bien de su amiga y de su hermana, lo tomaría.

- Piensalo bien Sam- le contesté finalmente, gritando sobre el ruido de las motos-, con esta misión daremos por saldada nuestra deuda, podremos escapar de las garras de ese imbécil... iremos a casa.

-O a lo que queda de ella...- susurró Sam para si misma. Dejó escapar un suspiro-... solo espero que todo salga bien.
El  resto del camino fue en silencio, había muy pocos caminantes en la zona y aquellos que osaban acercarse en busca de carne fresca eran degollados por la katana que descanzaba en mi espalda, dentro de su funda. Era una espada larga de brillante acero plateado y en su mango de hueso estaba tallado un lobo blanco de oscuros ojos. Probablemente lo único que mi madre no había desprendido de su mano además de mi cuando todo esto comenzó. Cuando aún estaba con vida.

- Solo espero que todo salga de acuerdo al plan...- la oí susurrar, para luego fijar mi vista a la carretera nuevamente.

   Pasaron dos horas y a lo lejos ya se alzaban las grandes murallas de nuestro destino. El lugar estaba perfectamente vigilado con dos guardias en cada uno de los laterales de la comunidad.
Nos escabullimos entre los arboles del bosque antes de entrar en su plano de visión, sin llamar la atención de los caminantes para no dar nuestra posición a los guardias de la entrada.

- Ocultaremos armas aquí. Solo por si las cosas salen mal.
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  No pasaron mas de tres segundos para que sus armas apuntaran a nuestras cabezas. Bajamos de ambas motos, levantado nuestros brazos, en un vano intento de demostrar que veníamos en paz (aunque no fuese del todo cierto). Y por un segundo, las dudas de Sam empezaron a parecerme mas prudentes de lo que pensaba.
El guardia  parado en una de las torres de vigilancia tenía una mirada tan ruda y tosca que hasta el mas valiente dudaría en meterse en su camino. Este apuntaba una flecha cargada en una ballesta a las ruedas de mi motocicleta, probablemente en caso de que intentaramos huir, cosa que por el momento no me daría el lujo de hacer.

-¿Quienes son ustedes y qué buscan?

Sam y yo compartimos miradas de asentimiento. Ya no había marcha atrás.

- Me llamo Astrid Grayson y ella es Sam Blade- señalé .-Estamos buscando un lugar seguro.- no se porqué, pero probablemente el de la ballesta debía estar pensando que le estaba tomando el pelo, después de todo dudo que halla un lugar realmente seguro en el nuevo mundo y de haberlo, sus días estarían contados. Si no son los mordedores quienes tiran abajo lo que lograron como sobrevivientes, la nueva forma de gobierno de Negan lo hará. De eso no hay duda.- Nuestra comunidad fue destruida por unos locos- mentí- buscamos refugio.

-¿ Y qué te hace pensar que tu y tu amiga pondrán un pie en este lugar?

-Nunca viene mal una mano extra, no creen?- contesté tratando de disimular la habitual sonrisa irónica de mi rostro. No funcionó- Además, parece que tu gente está interesada en nuevos reclutas- dije señalando las sombras que se movían impacientes, tratando de escuchar detrás del gran portón de acero.
En realidad, no me hacía falta ver las sombras moverse dentro de la comunidad. Había escuchado los pasos torpes de gente nerviosa que había adentro desde el momento en que bajé de la moto.

-Además tenemos armas- agregó Sam-. Podemos ayudar en lo que sea, solo necesitamos un lugar en el cual poder dormir sin la necesidad obligatoria de tener un ojo abierto.
  Si había algo en lo que Sam era buena era en persuadir a las personas. De lo poco que me había contado de su vida antes del fin del mundo es que solía practicar actuación para algún día convertirse en una famosa actriz . Y estoy muy segura de que de no haber sido por todo esto, ella lo hubiera logrado.

  Las facciones del arquero abandonaban la modalidad de "Márchate o muérete" de su cara, mientras al mismo tiempo bajaba su ballesta de mi frente. Me recosté sobre mi moto con Sam a mi lado mientras otros tipos que no había visto habrían las puertas de la entrada. Pero lo que yo me imaginaba como un <<Pasen! Sean bienvenidas a Alexandría>> terminó siendo una granada de fósforo que era arrojada hacia nosotras y empezó a nublar mi vista con un humo gris y denso. Gente que no lograba ver comenzó a salir del lugar y rápidamente unas manos fuertes taparon mis fosas respiratorias con un pañuelo húmedo que apestaba fuertemente a alcohol. Somnífero.
  Lo último que pude ver fue como Sam caía desmayada en los brazos de una mujer de cabello corto mientras lentamente mis ojos se cerraban. Solo recuerdo una sombra de una persona, un hombre, y lo que resaltaba de mi captor eran unos intensos ojos azules ocultos en una mirada penetrante, para luego caer dormida en sus duros brazos.


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