Capitulo 2: El Coro

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Sin saber quien era esa chica yo había quedado impresionado, sin palabras, cautivo de sus ojos.
En esos momentos mi mayor anhelo y deseo era poder estar con aquella chica, aquella de los ojos grandes, de los delicados labios, de tes morena, más bien color caramelo, con cara de ángel y manos de princesa, aunque humor tenso. El deseo se me cumplió porque existía una coincidencia tan maravillosa que parecía mentira al descubrir que mis primos y aquella chica, de fascinante apariencia, pertenecían al coro de aquella iglesia y se disponían a ensayar con los demás chicos, era emocionante ver a mis primos y a la chica. Yo les tenía un buen cariño desde que eramos niños, ya que crecimos juntos y parecíamos hermanos. Además de el lugar que era un salón adyacente a la iglesia, no podía fijarme en otro punto que no fuera ella. De ser una persona desconocida, repentinamente, se volvió todo para mi, claro, tomando en cuenta que solo tenia 14 años. Y mi alegría creció en el momento que dijeron mis primos
-debemos de ir a misa un poco lejos de aquí, en Gran Germanía, ¿Quieres ir?-

-claro- respondí -me gustaría conocer donde es eso.
Y sin más nos subimos al auto y para mayor fortuna ella se sentó junto a mi.
-hola- le dije
-hola, otra vez- respondió
-que buen paisaje, nunca había visto uno así, me gusta
-se nota que no eres de por aquí, casi todo es igual
-eso no puede ser- dije espetando
-claro que sí, solo te hace falta conocer más y veras que si
-no porque en todos lo lugares no estas tú, y eso hace mucha diferencia-
Enseguida de mi estúpido comentario ella se volvió a la ventana y yo agache la mirada, avergonzado porque olvidé que venían 3 personas más en el auto, escuchando nuestra conversación.

La neta no es cariño. Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora