Hoy no

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Kakashi reintentó leer la página 117 de su tan amado Icha Icha que, cabe aclarar, ya había leído varias veces. Estando sentado en la rama más alta de un árbol en el área de entrenamiento 7 había decidido ignorar (como siempre) el entrenamiento de sus compañeros de equipo -sonaba raro cada vez que pensaba eso del grupo de extravagantes shinobis que se supone debería estar observando-

-Naa, pueden hacerlo bien solos- pensó por tercera vez al ver a Sai dibujando vaya a saber Kami que cosa, a Yamato y Sasuke repartiendo una serie de golpes a diestra y siniestra, y a Naruto siendo clavado en el suelo por un golpe de la pelirosa. Sonrió ante tal imagen.

Observó como una pequeña vena asesina saltaba en la sien de la siempre tranquila y pasiva kunoichi, y aun así le parecía hermosa. Si, sonaba como un idiota enamorado pero no importaba cuando nadie podía leer sus pensamientos -en un rápido movimiento vio a su alrededor en busca de algún Yamanaka que pudiera estar de chismoso, solo por seguridad-

Suspiró, desde hace tiempo ya se había dado cuenta de sus sentimientos por la chica; gracias al tiempo y la terquedad de un amigo -donde cierto amigo controlador de madera termino mordido por varios perros por ser tan insistente- fue capaz de aceptar que estaba enamorado de su antigua alumna, de Sakura Haruno.

-¡Kakashi-sensei vamos a celebrar que Sakura-chan se convirtió en jounnin!- Al parecer Naruto ya se había recuperado del golpe y se había acercado hasta la base del árbol.

-¡Vamos sensei! ¡Hay que celebrar tebbayo!- agregó el joven entusiasmado.

-Tal vez en otro momento Naruto. Tengo asuntos que atender con Yamato- dijo el jounnin peliplateado sin despegar la vista del libro.

Naruto abandono su sonrisa y la decepción cubrió la faz de la pelirosa. En verdad, Sakura tenía ganas de festejar con su sensei, desde hace mucho tiempo no se reunían para otra cosa que no fuera entrenamiento. Sin decir nada bajó su rostro para que no vieran su tristeza.

-Puede que los alcance- dijo Kakashi en un susurro al darse cuenta de la tristeza de la chica. -Adelántense ustedes-

Acto seguido la sonrisa inundó los rostros de la pelirosa y el rubio. Kakashi sonrió bajo su máscara, lo había hecho bien; y apreciar e rostro sonriente de Sakura valía la pena sufrir una noche donde seguramente más de uno terminaría ebrio.

-¡Esta bien sensei! ¡Nos alcanzara en el bar de Tesushi!- gritó feliz el rubio sin importarle si los demás no optaban por su decisión; total, él ya había decidido y si Sakura no lo había golpeado para ese momento, quería decir que ella estaba de acuerdo.

Kakashi bajo del árbol de un salto y aterrizó cerca de Yamato. Despidiendo a los chicos que ya se estaban alejando miró a su amigo y este asintió, conociendo al instante la razón del por qué su sempai quería hablar con él.

-¿Se lo dirás hoy?- preguntó el kouhai ya conociendo la respuesta.

-No, solo dije que esperaras para decirte que eres un chismoso- dijo el peliplata transmitiendo más que odio por su único ojo visible. -Sai y Sasuke ya lo saben, Yamato-

Kakashi destapó el Sharingan listo para hacer sufrir al pobre e indefenso Yamato mientras este retrocedía cada paso que su sempai avanzaba, colocando sus manos frente a el por algún futuro ataque.

-Yo no les dije nada si a eso se refiere sempai- Kakashi frenó un poco sus instintos asesinos, esperando a que Yamato continuara.

-¿Seguro?- pregunto Kakashi haciendo girar su amenazante ojo carmesí.

-¡Claro que si sempai! Yo no soy un chismoso- dijo Yamato esperando que su sempai le creyera. -Además, usted es demasiado obvio... No deja de mirarla y anda más distraído de lo normal... ¡y eso es decir mucho!-

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⏰ Última actualización: May 25, 2016 ⏰

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Hoy no te diré te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora