-¡No puedo creerlo!-chilló.
-¿Podrías no volver a repetirlo?-rogué.
-Te has acostado con Jaebum y no quieres que hable de ello. ¿Estás loca? ¡Esa boda no debe llevarse a cabo!
-Vamos Haru, ya es muy tarde.
-No después de que te enteres de lo que voy a decir. ¿Sabes por qué me fui a la despedida de soltera?
-¿Por qué?
-¡Esa tipa, Hee Sook!
-¿Ella qué?
-Ayer después de que tu te fueras, salí al pasillo tras escuchar un sonoro grito. ¿Y adivina quien salió de la suite de la chica?
-Lo sé, Jaebum.
Haru sonrió con satisfacción.
-No, fue YoungJae, estaba medio desnudo, la chica salió tras de él gritándole de cosas, y lo mejor es que apenas llevaba una sábana encima.
Me quedé perpleja. ¿Estaba mi amiga diciéndome que el peli-negro había traicionado a su mejor amigo?
-¿Se acostó con él? ¡Oh, por Dios, se acostó con YoungJae!-grité.
-Exacto, la chica no era tan perfecta como creíamos.
...
-Kim Hee Sook, ¿aceptas como esposo a Im JaeBum?-preguntó el sacerdote a la joven pelirroja.
Y aquí estoy, justo donde comencé, en ese instante en que todo pasó por mi mente. Tenía que hacer algo definitivamente, más no sabía bien qué.
Mi corazón se aceleró y el aire comenzó a faltarme. ¿Qué debía hacer? Antes que comenzara la ceremonia había tratado de hablar con la novia, debía exigirle que parara todo aquello, pero algo me había detenido. Ambos estaban muy dispuestos a continuar con la ceremonia. Grande había sido mi decepción cuando vi a Jaebum en la entrada de la iglesia. Simplemente me había mirado y no había dicho palabra alguna. ¿Era que se había arrepentido tan pronto? Seguramente si pues había desaparecido de mi habitación por la mañana. Si el había llegado ahí era porque en realidad deseaba casarse. Por el otro lado, Hee Sook también deseaba esa unión, a pesar de que también se había acostado con alguien más.
Los dos se habían traicionado mutuamente, pero aún así estaban ahí frente al altar. ¿Quién era yo para sabotear aquella boda? La primera lágrima rodó por mi mejilla, conociendo la respuesta de Hee Sook. Por impulso, me levanté del asiento. Sin embargo...
-¡No!-gritó alguien desde el fondo del recinto. Cada alma ahí presente giró a ver al chico que a zancadas cruzó el pasillo.
-No te puedes casar con él, Hee Sook.
Silencio sepulcral. Escuché reír a Haru a mi lado. Había sido YoungJae quien había irrumpido en la boda.
-¡Sal ahora mismo de aquí!-chilló la pelirroja.
-¡Por favor, no lo amas, no sigas con ese juego!
Era la primera vez que veía serio al chico. Estaba acostumbrada a encontrármelo riñendo con Hee Sook.
-Eso no te incumbe-su tono de voz comenzaba a romperse, ¿por qué? El joven subió a donde estaban los novios, y se interpuso entre ambos.
-Esto me lo agradecerás Jaebum -dijo el joven. Sin haberlo esperado, Jaebum le soltó el puño directo a la cara.
-Idiota, ¿tenías que esperar hasta este momento? -el pelinegro se veía molesto, pero sorprendentemente no tanto como debería.
El cuerpo inconsciente del chico cayó a los pies de Hee Sook, quien de inmediato se inclinó hacía él.
-¡Bestia, no tenías porque hacer eso!-gritó la pelirroja a su novio.
-¿A este punto tenías que llegar? ¿Qué hubiese sucedido si él cobarde no hacía nada? Nos hubiésemos terminado casando. ¿Tan lejos estabas dispuesta a llevar todo esto?-su tono de voz parecía indiferente.
-Jaebum...-susurró la chica.
Jaebum salió de la iglesia ante la mirada atónita de todo mundo. Ese era el momento decisivo para la novia, en el cual debía hacer algo. Si lo amaba ¿entonces porqué seguía con esa cara de sorpresa, aún pegada a YoungJae?
-Vamos, sabes que hacer-susurró Haru a mi oído. No esperé más, fui corriendo tras él, con decenas de miradas clavadas en mi espalda.
Qué linda boda sin duda alguna.
Salí corriendo, apenas había avanzado unos pasos cuando me detuve en seco. Unos segundos antes lo había visto, ahora no estaba por ningún lado. Mi corazón casi se detuvo.
-¿Me buscabas?-habló a mis espaldas.
Estaba recargado en un árbol, tenía esa media sonrisa en el rostro. Se le veía de lo más despreocupado.
-Idiota.
-Te espero y aún así me insultas.
Caminé hasta tenerlo cara a cara.
-Es lo menos que te mereces.
-Pensaba irme pero aún tenía algo importante que atender.
-¿De casualidad no será pedir disculpas por haberte largado de mi cama así sin más?-pregunté ofendida-¡Ah! Claro que no es eso, porque deberías estar ahí dentro casándote. ¿Qué fue todo ese espectáculo?
-Sólo fue un favor. Alguien tenía que hacer algo por esos dos, ¿Quién mejor que el mejor amigo de ambos?
Viendo su expresión lo supe de inmediato. De haber querido que esa boda se realizara, nadie hubiese podido detener a Jaebum. En mi vida la única razón por la cual le había visto ceder ante el orgullo era la amistad.
-Eres un idiota, te odio Im Jaebum. ¿Sabes lo que me has hecho pasar con todo esto? ¡Por esa razón nunca te dije que te amaba! Eres detestable-sin esperármelo, me tomó por el brazo que no tenía vendado.
-Aunque fue un tontería, no me arrepiento de haberlo hecho-me miró tan fijamente que dejé de respirar por un momento.
-Te felicito entonces-jalé mi brazo y me alejé de él.
Estaba realmente enojada. Desde que me había enterado de la boda me la había pasado con el alma en un hilo. Habían sido demasiados dramas, para que al final todo resultara una broma de su parte para ayudar al otro par de bobos y que se dieran cuenta de lo que sentían.
Me persiguió. Traté de rebasarlo, pero para alguien con su condición, me era imposible.
-Aléjate de mí.
-Aún no he respondido a tus palabras de anoche-bufé al escucharlo.
Me detuve en seco y comencé a quitarme los molestos tacones. Estaba dispuesta a usarlos como arma si me seguía persiguiendo.
-Nunca te pedí una contestación, ni siquiera ahora después de habernos acostado.
Haciendo gala de mi torpeza, al quedarme sólo con una zapatilla resbalé. Y por tonto que parezca, él me sostuvo. Por unos segundos sólo me observó en silencio, sin dejarme caer.
-Incluso amarte es molesto. Anoche me hiciste perder la cabeza después de tantos años tratando de sólo verte como una amiga. Me sentía culpable por verte como una mujer, pues pensaba que tú me veías como un hermano.
Sus labios se acercaron poco a poco a los míos. Estábamos cerca de la playa, el sol estaba a punto de ponerse. Él no se había casado y ahora me decía que me amaba. ¿Podría haber sido más perfecto?
Si, podría, porque en ese preciso momento Jackson llegó corriendo. Me había olvidado por completo de que él también estaba en la ceremonia.
-¡Habías planeado no casarte! ¡Me hiciste gastar en tu despedida y en el regalo! ¡Me pagarás con creces, Jaebum!
El pelinegro sabía lo que se le avecinaba, así que me tomó de la mano y corrimos.
Fin.
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sabotage ; jaebum.
Fanfiction¿Y si secuestramos a la novia? Imposible. ¿No lo ves? Ella es una buena chica, yo sería la bruja de la historia.