Capítulo 9.

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Empecé a sospechar de que tal vez fueras un acosador, un violador compulsivo, tuvieras esquizofrenia, y todas las enfermedades mentales que se te puedan ocurrir, así que un día te pregunté:

—Dallas, dime la verdad...¿Qué tramas?

—¿Tramar? ¡Por favor Gre, que estupideces dices! 

—Si algo tramas, de un día para otro ¡no puedes hablarme así como si me conocieras de toda la vida, llevarme a mi casa sin que yo te diera mi dirección, y luego conseguir mi número telefónico y contactarme así de la nada!— exploté.

—Gre, estás dramatizando— dijo totalmente tranquilo.

—¡No! no lo estoy haciendo— crucé los brazos como niña pequeña.

De repente tu expresión cambio totalmente, ya no te veías tan fastidiado.

—Oh Grecia, eres tan tierna cuando haces eso.

Me abrazaste.

En ese momento mi cerebro olvidó todo lo que estaba diciendo, y me concentré en tu cuerpo irradiando calor.

No me importaba si eras un enfermo mental o algo así pues estaba muy enamorada de ti. 

—Gre ¿Has observado bien la casa de enfrente?— me susurraste, yo negué con la cabeza—Bueno quiero que vayas hoy a las 7:00 pm, quiero que toques la puerta y alguien abrirá, ahí sabrás todo.

Cuando te fuiste, reaccioné, procesé todo...

Y me confundí más de lo que ya estaba al principio.






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