Pequeño Emperador

2.9K 201 57
                                    

Tiempo después del acontecimiento anterior, kouki noto varios cambios asombrosos en su bebé. Teniendo un año aprendió a hablar perfectamente, cuando tenía un año y medio ya sabia caminar, a los tres años le agarro una manía a llevar consigo siempre una tijera de entrenamiento que intento quitársela pero no funciono, a los cuatro ya sabia leer y escribir además de que su comportamiento se volvió un poco extraño para kouki, ya que su pequeño miraba a los demás por debajo de el y si otros no lo obedecían, los amenazaba con sus tijeras. Todas las visitas que tenía el castaño salían de su casa corriendo despavoridos y seiji no dejaba que nadie se acerque a el, ecepto por yumiko y su esposo. kouki no sabia de donde había sacado esa actitud, el no era asi, es más, el era muy miedoso. Cada vez que veían películas de terror kouki se abrazaba a seiji como si su vida dependiera de ello, mientras que  seiji miraba la película sin inmutarse. Su pequeño era un genio en toda palabra y además le hacía compañía y lo defendía, cosa rara ya que debería ser al revés pero ya no se sentía solo, aunque nunca entendería el comportamiento de seiji lo amaba, y eso era lo que bastaba. Ahora su pequeño tenia cinco años y ambos se dirigían a hacer las compras para el almuerzo. Al entrar al centro comercial un hombre, que según el  pequeño seiji tenia cara de idiota se acercó a ellos.

-Buenas tardes me llamo kotame y me gustaría conocer el nombre de estas bellezas que tengo en frente- dijo el tal kotame observando a kouki con lujuria.

-un gusto conocerlo señor kotame, soy furihata kouki y el es mi hijo seiji- dijo kouki sonriendo.

-furi me gustaría invitarlos a comer a mi casa si no les molesta- dijo kotame sin dejar de mirar al castaño.

-por supuesto, me encantaria- dijo kouki aceptando la invitación.

Seiji se quedo observando con cautela al hombre, ya que sabía sus intenciones. seiji sabia que su mamá era muy inocente y no se daría  cuenta, pero el si y como todo buen hijo defendería a su mamá de cualquiera que intentará hacerle daño y como buen estratega que era sabia muy bien como desacerce de ese tipo de personas.

-y por que no viene mejor a nuestra casa- dijo seiji mirándolo con ternura, aunque actuado.

- seria un honor- dijo kotame observando al pequeño.

Seiji solo atino a sonreír, cayó en su trampa, justo como todos los demás idiotas que se le acercan a su mamá. Todos se dirigieron a donde vivían el castaño y su pequeño, con charlas amenas entre el tal kotame y kouki. Al llegar entraron todos y se dirigieron a la cocina. Kouki empezó a cocinar sopa de tofu, la comida favorita de seiji, mientras lo observaban, al terminar, sirvió un plato para todos y se sentó a comer con los otros dos, el almuerzo paso rápido y sin más que hacer todos se dirigieron a la sala.

-mama me traes mi tablero de shogi por favor- dijo seiji mirándo a kouki.

-claro cariño- le dijo kouki a su pequeño mientras subía las escaleras al segundo piso.

Ahora se encontraban solos frente a frente el pequeño seiji y el tal kotame.

-Hola pequeño como estas- dijo kotame tratando de entablar conversación con seiji.

-sentado- le respondió seiji con sarcasmo.

-quieres algo- dijo kotame intentando ganarse al pequeño pelirrojo.

-si, quiero que te vayas- dijo seiji mirándolo con desprecio.

-escucha mocoso saldré con furi te guste o no- le dijo el tipo lebantandose y mirando con odio a seiji.

En ese momento seiji se levantó acercándose al sujeto, le pateo logrando que se arrodille y quede a su altura, saco unas tijeras de entrenamiento e intento clavar las tijeras en el ojo del tipo, pero se detuvo antes de hacerlo.

Inesperado Destino [Descontinuada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora