UNA ADICCION

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Al día siguiente de hacerme mi primer corte, fui a la escuela como si nada hubiera pasado, me encontré a naza y empezamos a hablar, luego fuimos con nuestras nuevas amigas (o mas bien de el porque yo casi no hablaba y solo quería ver como eran) hablamos un rato y nos reímos, de repente una de ellas me tomo del brazo donde tenia el corte, y me apretó un poco fuerte lo cual hizo que mi cortada me ardiera, ella se fijo en mi expresión de dolor y me preguntó:

-¿Que te paso?
-Nada- le respondí mientras me sobaba el brazo
-¿Enserio?- insistió
-Si estoy bien solo me lastime ayer jugando con mis perros- trate de engañarla
-A ver- me dijo
-¡NO!- le respondí algo nervioso
Me agarro el brazo y alzó mi manga, vio mi corte y dijo:
-Eso no lo hace un perro, eso solo se logra con una navaja-
-¿¡Y tu que sabes!?- le dije en un tono muy diferente al que normalmente uso, salí corriendo del salón de clases.

Estaba algo nervioso y pensaba

"¿Y si me empiezan a criticar por lo que hice?¿que les digo?¿que haré?"
De repente escuche la voz de naza:

-¡He! ¡Carlos! Ven, vamos al salón antes de que nos regañen.
-Hay voy- le dije mientras me seguía sobando el brazo.

Llegando a mi casa no falto la típica regañada de mi mamá y esta vez fue mas fuerte que otras.

Se entero de que me había cortado y me dijo:

-¡¿¡Acaso estas loco!?!
-¡¡No!!- le respondí -¡¡solo lo hice porque quise hacerlo!!

Me di la media vuelta y me fui a mi cuarto sin escucharla. Después de un rato busque mi navaja, pero no la encontré y pensé que mi mama la había agarrado. Estaba tan enojado que busque otro sacapuntas, le quite la navaja y me hice otros dos cortes. Empecé a ver que me dolió menos que la primera vez, pero la sensación de tranquilidad seguía igual.

Historia De Un SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora