Derribar El Muro

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Ese odio era un muro que se interponía entre Dios y yo, entre nuestra relación.  No sabía que hacer,  como sacar aquello de mi.
Yo no le platicar a nadie de como me sentía realmente; pero necesitaba desahogarme. 
Un día decidí hablar con una hermana de la iglesia,  ella se convirtió como en mi otra mamá,  como en mi mejor amiga.
Le conté lo que sentía hacia mi abuela,  le conté que ya no quería sentir ese odio que sería perdonaría pero que no sabía como.
Recuerdo que me dijo: hay dos palabras claves que le ayudarán a perdonar,  la oración y el ayuno.  Eso le ayudará a perdonar a su abuela,  no será fácil pero será la cura,  solo Dios puede saber esa herida,  nadie más,  Dios le ayudará y después se un tiempo sabrá que la ha perdonado,  recordará y ya no le dolerá,  la vera y no sentirá odio,  Dios la sanara.

Decidí asumir el reto,  decidí perdonar.
Le pedí a Dios que sacará ese odio de mi,  que ya no quería que eso se interpusiera entre nosotros,  ayune.  Después de un año,  visite a mi abuela,  la vi,  la salude y no sentí odio,  no sentí rencor alguno.  Había sido sanada,  Dios me había sanado una vez más era la brevedad de nuevo. 
Ya había derribado el muro,  con la ayuda de Dios lo había derribado.

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