Mis manos se movieron por el teclado, mis dedos recreando una rápida melodía que llenaba el aire de la estancia. Había escogido una melodía original para la audición, y a pesar de que puede ser riesgoso, en realidad lo hice para poder equivocarme y arreglarlo sin que ninguno de los jueces lo note.
Los tres se sientan frente a mí, los únicos espectadores en un escenario vacío. El hombre de la derecha asiente y sonríe, como si me estuviera motivando para continuar. La mujer a su lado tiene los ojos cerrados y el ceño fruncido de concentración.
El tercer hombre solo quiere dormir.
Termino mi melodía y los miro. El primer hombre aplaude amablemente y el tercero se despabila mirando a los lados, sobresaltado por el ruido.
-Entonces... Wendy – La mujer toma un segundo en decir mi nombre mientras lo busca por la lista. – Eres de Londres ¿No?-
Asentí, sin estar segura si era bueno o malo
-Y, ¿Qué quieres de nuestra institución?-
Hice un esfuerzo consciente por no poner los ojos en blanco. La academia Wolley es LA academia para el estudio de las artes, algo así como Julliard, Harvard o Howarts. Todos los menores de edad que va a ser alguien entran allí. O entras a Wolley o ya puedes empacar tus instrumentos e irte a otra profesión.
Y esta señora me pregunta que quiero de la institución. ¿Acaso es tonta?
-Bueno – Dije con mi mejor sonrisa de niña buena, mirándola a los ojos – Me gustaría volverme experta en música clásica, para poder entrar a un gran concierto cuándo me gradúe, o, al menos dirigir.-
Los tres asintieron, definitivamente aburridos con mi respuesta.
El primer hombre, de pelo largo y una brillante pelada sobre su cabeza, intentando ayudarme, me preguntó
-Ya tienes diecisiete años, ¿No eres acaso un poco mayor para estar ingresando a una escuela secundaria?-
¿Y no eres tú acaso un poco mayor como para tener el pelo hasta los hombros, Benjamín Franklin? Me mordí la lengua.
-He querido entrar a esta escuela desde que tengo memoria, ya que, como ustedes saben, Wolley tiene un gran prestigio. Pero mi madre me dijo que tengo que esperar hasta que mi hermano menor, Michael, tenga edad suficiente para entrar él también en la academia.- Asiente y sonríe, gira levemente la cabeza. Me ordeno a mí misma.
-Eso es muy interesante querida- me respondió benjamín.- ¿Y en qué área se especializa su hermano? –
-Mi hermano Michael en cine y edición audiovisual, mi otro hermano, Jonathan, él se especializa en Música moderna.-
-Gracias querida, puedes retirarte.- El tercer hombre habló. Una voz ronca y aburrida, ni siquiera miraba mi rostro, sino que observaba la mesa sin interés.
Me tragué mis insultos, asentí, sonreí, agradecí la oportunidad y usé todo mi auto control para no lanzarme mi zapato por los aires hasta la fea narizota de ese estúpido anciano.
Pero me mantuve quieta y caminé grácilmente fuera del escenario. Los resultados serán los que tengan que ser, y al ser la mejor, serían unos estúpidos de no llamarme.
Las cartas llegaron un par de semanas después. Michael abrió muchos los ojos y la boca, como si no pudiera creerlo. John corrió de lado a lado, gritando por toda la casa que había sido aceptado. Yo solo sonreí y continué lo que estaba haciendo.
No dudé que lo lograría ni un segundo
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- Niños, no olviden abrigarse – nos dijio mi madre mientras le cerraba la chaqueta a John. – No hagan estupideces, recuerden estudiar, no olviden llamarme, manténganme informada por favor. –
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Wendy
FanficPor supuesto que Wendy entraría a Wolley, la academia de arte más prestigiosa que existe en Londres. Por supuesto que sus dos hermanos menores, Jonathan y Michael, entrarían con ella. Por spuesto que conocería a Peter. Después de todo, no importa q...