Lisa. 20 años. USA. Año 1945. Eran ya las 10:00 PM y volvía del trabajo. Vivía en el campo, lejos de la ciudad, ya que últimamente habían muchos asesinatos por ahí, entonces decidí vivir en un lugar más seguro.
Pero obviamente el campo no era de lo más bonito. El silencio me aterraba. Hoy en día estamos muy acostumbrados a vivir entre el ruido de la gente hablando, los perros ladrando, etcétera. Y cuando no escuchamos nada, ni una mosca volar, nos asustamos, porque pensamos que estamos solos, e imaginamos millones de monstruos que podrían matarnos.
Aún así, prefería vivir con miedo antes de morir en la ciudad.
Pero, al fin y al cabo, terminé acostumbrándome al silencio de ese campo tan solitario.
Entré a mi casa. Me pareció raro no escuchar a mi gata, Lilli. Pero pensé que había salido por la ventana o estaba durmiendo en algún rincón de la casa. Cené y fui a ducharme.
Antes de entrar a la cama, sentí un ruido que provenía de afuera.
─¿Lilli?─Dije, saliendo de mi casa y buscando con mi mirada a mi pequeña gatita. Pero, al no obtener respuesta, pasó por mi mente la idea de volver a entrar a mi casa, pero escuché de nuevo ese ruido.
Encendí la luz que había al lado de la puerta, revisé con la mirada todo el jardín, y mi vista se clavó en un bote de basura que se movió levemente. Me acerqué, temblorosa, y al abrirlo, sentí un fuerte golpe en mi cabeza. Inmediatamente quedé inconsciente.
Desperté en un lugar que no reconocía, todo era blanco, tanto que me cegaba. Me paré y de repente, todo se volvió negro, no se veía nada. Me giré en busca de alguna luz y vi una puerta de madera, gastada. Caminé hacía ella, y cuando la abrí, había un pasillo largo. Este era angosto y había diferentes puertas pegadas en las paredes. Todo parecía un laberinto.
Entré a una, era la habitación de un niño, el cual dormía en lo que parecía ser su cama. Había una ventana, la cual se abrió violentamente, dejando entrar una fuerte brisa y algunas gotas de lluvia. Salí de esa habitación, para encontrarme de nuevo en el mismo pasillo.
Caminé un poco más y vi una puerta que me llamaba la atención, era rosa, y tenía pegatinas de corazones en ella, entré y era exactamente igual a la otra habitación, pero todo era color rosa y una niña dormía abrazada a un oso de peluche. Salí de la habitación y me metí en la que estaba al lado.
Lo que vi me dejó perpleja.
Una habitación. Mi habitación. Había sangre en la cama, y las sabanas estaban rasgadas. Mi gata, estaba en un rincón temblando. La luz del baño estaba encendida, y yo, con mucho temor, pero curiosidad, abrí esa puerta, y la luz se apagó otra vez. Salí de ahí. Salí de mi habitación. O lo que se supone que era.
Corrí desesperadamente, el pasillo parecía no terminar nunca, hasta que llegué a lo que parecía ser el final de ese pasillo. Era una puerta, dañada, un líquido negro salía por debajo de esta, y al abrirla, sentí una sensación horrible de miedo, una silla, que también era de madera.
Pero esto no es lo que daba miedo, sino lo que estaba sentado sobre esta silla.
Parecía el cuerpo de un humano encorvado, pero era oscuro, y su silueta se movía. Era como si estuviese hecho de humo. Levantó lo que parecía ser su cabeza, y tenía dos puntos rojos brillantes, que pretendían ser ojos. Y si eran ojos, me estaban mirando fijamente.
Dí un paso atrás, y esa sombra, se levantó, pero se disolvió, quedando como una bola de humo flotante. Me volteé para salir corriendo, pero mi cuerpo no reaccionaba. No sabía lo que tenía, hasta que, aunque yo no quisiera, me senté en la silla. Había perdido el control de mi cuerpo.
Y así como si nada, apareció un cuchillo al lado de mi silla, el cual tomé inconscientemente y comencé a arrancar mi piel. Pero no salía sangre, solo humo negro. Ni siquiera sentía dolor.
No podía gritar, ni hablar, ni moverme, solo observar. El cuchillo se acercaba a mis ojos, y pasó por encima de estos, arrancándolos. Todo se volvió negro.
Hoy en día, sigo encerrada en este lugar. En este sueño. No. En realidad, no sé exactamente en donde estoy o lo que está pasando. Quizás todo esto es una ilusión. Quizás solo estoy dormida. Pero, si alguna vez te encuentras en el mismo lugar que yo, sácame de aquí. El silencio y la oscuridad me están matando. Aunque la verdad no sé si estoy viva o muerta. Al final del pasillo, recuérdalo, al final del pasillo todo es silencioso y aterrador, ahí es donde nada ni nadie podrá salvarse.
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Historias De Terror
HorrorEste libro es una recopilacion de historias;leyendas urbanas de terror, creepypastas y demas incluyendo cortos de historias de terror, tambien historias creadas por su autora (yo) ; entre el proximo contenido se veran historias (no a muchos les dara...