Capítulo 1: Duros comienzos

122 10 4
                                    

Era una noche tétrica de 2029, había guerra en Medio Oriente pero a Andrew le valía miembro viril masculino porque vivía en el norte de Alaska. 19 años después de abandonar a su familia en un iceberg, el seguía pensando en ¿Qué habría pasado si hubiera sido más valiente y los hubiere abandonado antes? Ellos eran unos malnacidos, él siempre los odió por prostituirlo, violarlo, torturarlo de maneras inimaginables y de vez en cuando ofrecerlo a los osos polares. Eran mala gente. Pero aún siendo así eran gente muy letrada. Él tenía a su disposición una amplia biblioteca que disfrutaba leyendo en los días medianamente buenos. Ese era su único consuelo ante el maltrato constante que sus padres le infligían. Pero ya había superado esa etapa de su vida.

Ahora estaba en Anchorage. Las calles estaban frías como el trasero de un pingüino. Estacionó su corvette y caminó hacia el bar más cercano, se sentó en la barra y, agobiado por su duro trabajo de detective, pidió un trago.

_¡Whisky!

_ Que sean dos_

Una bella dama se sentó a su lado y lo miró fijamente.

Ojos café, largo cabello castaño, aproximadamente 1,68 m, tez morena... bah, mi trabajo me está trastocando. _ pensó.

_¿Buscas diversión?_ Dijo ella en un tono seductor.

_No sé, tú dime _ Respondió sagazmente

_ Aquí no la encontrarás, si quieres te llevo a un lugar mejor...

¿Qué hay con esta furcia?_ pensó.

_ Al Menos dime tu nombre antes de tan morbosa acción.

_ No suenas de por aquí, ¿estás perdido, nene?

_ Estoy bien ubicado.

_ Déjame... (se agarró los pechos y mordió su labio) ...mostrarte el camino.

_ ¿Adónde?_ dijo con fingida ingenuidad.

_ Al cielo.

_ Baia baia 7u7. Pero todavía no me has dicho tu nombre.

-Ella tomó su mano- el deseo y la lujuria permitieron que él dejara el recelo de lado y la siguiera.

La chica tenia buen cuerpo, con buenos atributos y un traje ajustado... él era un hombre, ¿cómo no caer en la tentación?

Lo guió unos cuantos metros hacia la salida; cuando de repente escucharon gritos y disparos. Él, por su vasta experiencia como detective supo de inmediato que se trataba de una ametralladora Thompson 9mm con doble cargador de barril rotativo, probablemente con balas de cobre, culata ajustable, estabilizador de tiro, silenciador inglés, mira infrarroja y bañada en oro, con identificador de huellas dactilares.

_ Oh, no _ dijo la chica _ me encontró.

_ No hay tiempo para pensar en eso, escóndete ahí _ señaló la barra.

_ Tú no entiendes, tenemos que salir de aquí rápido.

El tipo de la Thompson se asomó por la puerta a su derecha.

La chica, al ver la sombra del tipo que los acechaba, jaló a Andrew y lo sacó del bar por la puerta trasera. Pero antes de salir, el tipo los vió y disparó hacia ellos, dando en el hombro de la chica.

_ ¡Ah!, ¡me dió!_ gritó ella.

-Andrew sacó su revólver Colt 45 y disparó un par de veces para distraerlo-

_ ¡Rayos! Me equivoqué... tiene una culata fija y no ajustable _ afirmó Andrew, pensando en voz alta.

_ ¡¿Qué?!

_ ¿Puedes caminar?

_ Eso creo.

_ Vamos_ caminaron por el césped a un costado del bar.

_ Mi camioneta esta del otro lado del estacionamiento.

_ Nos iremos en mi coche, sube al corvette negro, te llevaré a mi casa para curar y vendar esa herida.

Rápidamente la chica hizo su mejor esfuerzo por correr hacia el vehículo.
Andrew presuroso, la subió a su auto y la llevó a su casa a toda velocidad por la autopista "1".
Salieron de la via principal y recorrieron un camino estrecho y oscuro que pasaba al lado de un pequeño arroyo.
Al llegar ella quedó asombrada por las dimensiones de su "casa".

_ Esto es tu casa, ¡más bien es una put* mansión!

_ Por favor, te agradecería si evitaras pronunciar palabras malsonantes en mi presencia.

_ Ok, como vuestra merced lo ordene.

- El sonrío sarcásticamente-

La casa estaba ubicada al lado de un lago de aguas cristalinas que desprendían vapor, tenía paredes de vidrio, piscina, autos, era una mansión modernista en todo su significado.

Entraron y se dispuso a revisar su herida, y mientras lo hacía empezó su clásico interrogatorio.

_ ¿Lo conoces?

_ No, me ha estado siguiendo desde hace un tiempo, pero no sé lo que quiere.

_ ¿Has llamado a la policía?

_ Él me amenaza, diciendo que si lo hago me matará en ese mismo momento.

_ Bueno, deberías hacerlo.

_ Necesito que me ayudes, sé que eres detective, uno de los mejores además.

_ Lo soy, pero no es mi problema hasta que vea una buena razón.

_ Él puede venir a buscarte, porque me ayudaste y...

_ Sé defenderme, además al estar conmigo solo me haces más lento en esa tarea.

_ Si quieres... 7u7 _ Se le insinúo ella.

_ No es lo que haces con tu boca, mi muñeca rota, lo que solicito.

_ Pero...

Antes de que ella pudiera protestar él vertió un poco de cloroformo en un pañuelo, lo puso en su boca y la durmió.

_ Descansa.

-La tomó en brazos y la colocó en su cama-

Andrew Wolfram Y La Organización De La ThompsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora