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HunHan/Magia: About Beliefs and love; fluff!au; 1.5k

▶Yixing le dijo una vez «Nunca digas de esta agua no beberé»
pero Luhan es negaciones y fervientes «No es amor y definitivamente no es magia»

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Luhan es sistemático, números y teorías calificadas en sus libros. Lápices de colores vivos fungen en su cartuchera y por sus venas hay lineamientos temático etimológico que harían temblar a cualquier profesor de renombre. Tiene dieciséis años pero su mente se alimenta de las grandes enciclopedias que devora como si fuese alimento vital. Sabe todas las respuestas, tiene demasiadas preguntas; Luhan lo sabe todo y no tiembla a la hora de verter sus palabras defendiendo su posición.

Cuando era pequeño en vez de cuentos e historias tragó teoremas y formulaciones. Niño brillante con puntas de dedos con tinta azul en lugar de manchas de puntura y creyones. Nunca fue obligado a ser así, su mente es como una partícula protónica que danza fluyente dentro de sí, generando ideas, enseñándole a no callar.

Con dieciséis años, de mente audaz, Luhan no tiene obstáculos. Como fuente de ríos los conceptos y definiciones manan, las respuestas llegan, y todo tiene sentido.

Eso claro, hasta el día en que su hombro picó con ardor cuando alguien tropezó con él. De piel blanca, de brillantes perlas en la boca, cabello vivo de color sol. Tropezar con esta persona, y que todos sus apuntes se dispersaran y se entremezclaran como barajas de todas las puntas por el suelo, fue la primera señal de que su vida cambiaría. Una persona que se agachó tirando una sonrisa en su rostro para tomar los apuntes y luego dejar disperso en el aire un «Tienes muy bonita letra». Luhan conocía de mejillas sonrojadas por Yixing cuando lo miraba contenerse ante las palabras cariñosa y a veces fuera de lugar de Yifan, por su parte nunca lo había hecho, hasta ese momento. Sus propias mejillas quemaron, su corazón latía y tenía sentimientos encontrados. Al parecer estaba enfermo.

—G-Gracias, uh. Yo debo irme.

Luhan agitó las hojas desprolijas en sus manos temblorosas, mirando a todos lados y preguntándose por qué sus glándulas sudoríparas estaban a desnivel incluso cuando invierno tocaba las puertas.

El chico sonrío, brillante y fugaz como una estrella en el cielo cayendo como cometa por gravedad absoluta. Luhan se golpeaba mentalmente porque no entendía la razón de su metaforísmo para definir a la persona que apenas miraba por primera vez. Una persona hermosa per se. Algo no estaba funcionando de acuerdo al metabolismo de su cuerpo, las precipitaciones le atemorizaban y dentro de sí comenzaban a formularse preguntas, cúmulos de preguntas que no tenían contestación alguna.

El halo de luz manando de la sonrisa del rubio justo antes de marcharse sólo atisbó problemas.

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Luhan es monocromático, paletas en blanco y negro aburrido, pero descubrió que blanco y rojo da un rosa quizá suave. Como el color de un cerezo. Aprendió a callar cuando alguien más da una teoría viable acerca de las cosas, una diferente a la suya. Luhan aprendió que el lenguaje técnico no es absoluto. Pero se rehúsa a creer las conjeturas que plantea Sehun.

Oh Sehun.

Ese chico es todo un enigma, Luhan lo observa acercarse cada mañana, somnoliento y tambaleante abusando de la palabra Hyung~ cada segundo y haciendo gestos adorables que ponen el corazón de Luhan en la punta del iceberg. Sehun es risueño a pesar de su característico rostro estoico, habla pausado pero se convierte en un manojo de risas estruendosas cuando explica un chiste contado por él mismo o cuando habla de su mazo de barajas, cuando hace magia, cuando saca monedas de los oídos de Luhan.