Lauren secrets.

Aquí empieza todo.

Vamos Kelsey, no es para tanto. Es solo un día de instituto cualquiera, me digo a mí misma mientras me ato mis Converse blancas y respiro hondo.

En realidad sé que no es un día de instituto cualquiera. Es el primer día de instituto al que voy a asistir después de la muerte de mi mejor amiga, Lauren Fitz. Lauren murió hace dos semanas, en realidad no está muerta del todo, es decir, no se ha encontrado su cuerpo pero los policías han dejado de buscar por falta de pistas. Una gilipollez, lo sé.

En fin, el caso es que tengo que ir al estúpido instituto y hacer como si nada hubiese cambiado cuando en realidad todo lo ha hecho. Sin Lauren ni si quiera sé que va a pasar. Ella era todo lo que me unía a los demás, era la sociable, la lista y la que se relacionaba con todo el mundo. Yo en cambio... A ver, no es que sea asocial, ya me entiendes. Pero la cosa es que me cuesta abrirme con la gente, soy complicada.

El camino al instituto se hace demasiado corto, a pesar de que antes, si Lauren hubiera estado allí, me hubiese quejado de que mis piernas no podían ajustarse al ritmo de las suyas. Ella se hubiese reído y me hubiese dicho que sus piernas de animadora mala jamás se asemejarían a las mías de ballet y las dos hubiésemos tenido una discusión por quién tenía mejores piernas, yo alegando en su favor y ella en el mío.

Mi madre me envía un mensaje de texto cuando me siento en una de las mesas del instituto preguntándome qué tal lo estoy pasando. Le escribo que estoy genial y que no se preocupe, aunque en realidad me siento la persona más desplazada del mundo. Nadie parece notar mi presencia, hasta que Mike, un chico que va conmigo a clase se sienta a mi lado y sonriéndome añade:

-Por fin te dignas a venir a clase. ¿Cómo estás?

Me encojo de hombros. ¿Cómo debería estar alguien que acaba de perder a su mejor amiga, a su mayor confidente?

-Bien.

Y más que nada esa fue nuestra conversación. Mike se cansó de intentar sacar tema de conversación y se fue. Yo también me fui, pero porque tenía clase.

Me dirijo antes que nadie al aula y me siento en mi sitio habitual, en una de las filas del medio, dejo mi mochila en el suelo y saco los libros de matemáticas.

-Ts, tú- me dice una voz masculina al transcurso de la clase.

Ninguna de las personas con las que solía hablar antes de la desaparición/muerte de Lauren me habla así que supongo que han decidido no hacerlo más. Les entiendo, yo tampoco lo haría. Ignoro a la voz que acaba de decir aquello e intento prestar atención a lo que dice el profesor.

El chico sigue molestando y yo me doy la vuelta para encararlo.

-Me estás molestando, simio.

-Oh perdón, no quiero que me eches un mal de ojo como a tu amiga.

Sabía quién era él antes de girarme, Ed White, un estúpido que solo busca divertirse con el sufrimiento de los demás porque su vida es demasiado desastrosa como para intentar arreglarla. Aunque sé que todo eso lo hace para molestar sus palabras duelen y no me doy cuenta de que toda la clase nos está mirando hasta que escucho la risa de unos imbéciles de detrás.

A pesar de los gritos del profesor, salgo de allí lo más rápido que puedo y me encierro en uno de los baños del recinto mientras lo único que pido es desaparecer.

¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Por qué tan siquiera ha dicho eso el memo de Ed? Intento respirar pero me veo ahogada en mi propio llanto. No hay nadie que pueda oírme porque todos están en clase así que me permito llorar fuerte. Luego me recompongo, me miro en el lavabo y me lavo la cara. Me aplico maquillaje y salgo de allí como si nada hubiese pasado.

La segunda hora tengo más suerte y nadie me toca las narices ni comenta nada. En la tercera la profesora me pregunta qué tal estoy y oigo el murmullo de la gente pero lo ignoro. En la cuarta hora pasa algo realmente extraño.

Recibo una nota.

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Aquí termina el primer capítulo, espero que os guste y que os animéis a seguirla. ¡Me haría muy feliz! Gracias.