Primera nota

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Miro a los lados para ver quién es el gracioso que ha escrito la nota pero nadie parece mirarme ni prestarme atención. Desdoblo con cuidado el pequeño papel que hay sobre mi mesa y me inquieto al ver lo que pone:

'Dime dónde está ella o sufrirás las consecuencias perra.

Atte: Anónimo.'

Me atraganto con mi propia saliva y guardo la nota en mi bolsillo sintiendo como todos mis sentidos se ponen a alerta.

Lo primero que hago es pensar que es una broma, tiene que serlo. Luego comienzo a mirar hacia los lados cual paranoica y después comienzo a preguntarme quién podría haber escrito tal absurdez. ¿La pregunta se referiría a Lauren? Está claro que sí. ¿Pero por qué el anónimo me amenaza a mí? Porque se supone que eres su mejor amiga, terca.

Un brillo de esperanza mezclado con miedo brota dentro de mí. Esperanza porque es probable que mi amiga esté viva, miedo porque no sé quién es el anónimo ni qué quiere de ella.

Otra nota cae sobre mi mesa cuando decido que lo mejor sería hablar con mis padres acerca de eso ya que tal vez podía ayudar a que la investigación volviera a abrirse.

Como leyendo mi mente el anónimo escribe:

'Ni se te ocurra contarle esto a nadie o tu madre descubrirá por qué aprobaste física el año pasado. Xoxoxo.'

Un sudor frío recorre todo mi cuerpo haciendo que tenga ganas de salir corriendo. Miro a los lados intentando buscar algún indicio de quién puede ser la maldita persona que sabe aquello. Estoy realmente confundida. Nadie, excepto yo y Lauren sabemos aquello. ¿Cómo es que ese anónimo sabe algo tan íntimo? Algo que no debió suceder, claramente.

Aún recuerdo ese día como la palma de mi mano.

Lauren había descubierto hacía unas semanas en mi anterior curso que el profesor de física me miraba de forma extraña, casi vomitiva. La verdad es que yo en física no era un genio y estaba segura de que si aprobaba física podía aprobar el curso y mis padres estarían orgullosos porque su hija no dejara ninguna. Así que lo hice. Entré a su despacho y me acosté con él, a pesar de que era un treinteañero que posiblemente seguiría viviendo con sus padres. Después de aquello aprobé con ocho y medio y por suerte este año no ha vuelto al instituto.

Pensar en eso solo me produce nauseas y que alguien más lo sepa y esté dispuesto a contarlo me pone los pelos de punta.

Vuelvo a darle un tercera mirada a la clase y sigo sin ver nada extraño o fuera de lo normal. Un par de chicos ríen sobre algo que ha hecho el profesor, Giselle y Carla miran atentas la pizarra y Dallas Evans... Espera, Dallas Evans me está mirando.

Sus ojos verdes, ¿o son marrones?, se clavan en mi figura. Cuando ve que le estoy mirando aparta la vista, pero le he pillado y no puedo evitar preguntarme si ha podido ser él el que me ha enviado la nota. Y la verdad es que espero que no.

Dallas Evans es el chico más misterioso y peligroso de todo el instituto. Llegó hace algunos años y creó el grupo de los Cuatro. Los cuatro son algo así como los marginados guays. Es decir, no se llevan con nadie más pero son tan respetados y envidiados como temidos y admirados. Los chicos quieren ser él y las chicas, las más atrevidas, quieren salir con él. Lauren solía decir que los Cuatro no eran nada del otro mundo pero a mí, como al resto del universo, me parecían los tipos más guapos y misteriosos del lugar.

Los ojos de Dallas Evans miran atentos a la pizarra, aunque alguna vez me mira de reojo. Está sentado en una de las últimas filas, lo que hace más fácil que pudiera haberme enviado la nota, y juguetea con un papel, cosa que me parece todavía más sospechosa... Con su cabello castaño que cae casi sobre sus hombros creando ondulaciones, su tez morena y su piercing en el labio hacen que parezca un dios. Sé que se percata de que lo estoy mirando y probablemente, si fuera lista, debería dejar de hacerlo. No lo hago. Le reto con la mirada porque quiero ver como reacciona. Si es él que lo ha enviado no dudará en mandar una tercera carta. Sé que arriesgo demasiado, una confesión a mis padres, pero aún así continuo manteniendo mi mirada azul sobre su cuerpo.

Cuando estoy a punto de rendirme alza la vista y clava sus ojos sobre los míos, absorbiéndolos en una intensa selva color pardo. Por un momento pierdo la noción del tiempo, olvido mi nombre y creo que me desvanezco. Luego recuerdo que debo averiguar si es el anónimo y se me pasa.

Por su cara no parece que haya sido algo como si le hubiese descubierto aunque logro observar que él también mira la clase en busca de algo. Aparto la mirada nerviosa cuando su ceño se frunce al volver a mirarme.

Lauren secrets.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora