capítulo 1

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Kaetenay.

Sólo por hoy... Sólo por hoy-eso me decía a mi misma mientras tomaba el metro en la estación para poder ir al instituto.

Audrey se había comido mis chocolates y ahora tenía aguantar como pudiera los ataques de ansiedad.

No quedaba ningún asiento dentro del vagón y por eso tuve que irme de pie. Dos chicos rubios me miraban, uno de ellos con malicia y por eso les saqué el dedo medio.

Uno de ellos rió y negó con la cabeza

-¿Que es tan gracioso?- le pregunté

-Tú- respondió

- Ah ¿si? Vale, eso me ha sido de ayuda. Ahora se que tengo posibilidades de entrar a un circo como payaso.

-Valla, sarcástica. Me agradas

-Pues tu a mi no.- respondí alejándome de allí.

Llegue a mi parada y me bajé. Y que casualidad; ellos también bajaron.

Camine lejos de allí. Quería comprar chocolates o algo.
Fui a la confitería y estaba cerrada así que como no soy alguien paciente pateé la cortina metálica y camine hacia el instituto.

Primer día de clases te tengo noticias: Apestas.

Entré al instituto y unos tipos del equipo de fútbol americano me empujaron haciéndome caer.

-¡Fíjense por donde pasan, imbéciles!

- ¿Escuche bien?- dijo el que creó es el capitán del equipo.

- supongo, a no ser que seas sordo. Pero si, te dije imbécil. Y te lo repito: IM-BÉ-CIL.

- Creó que no sabes quien soy preciosa.

- creó que si. Eres el tipo que la tiene pequeña y por eso molesta a los demás. Para compensar sus... Carencias

Un coro de "uuuuhhhh" resonó por los pasillos. Esto no pinta nada bien.

-Muchachos, llevenla- ordenó a sus monigotes y uno de estos me levantó como si de un costal de patatas se tratase y me llevo al cuarto de aseo donde me dejaron encerrada.

Esto apesta, literalmente.

***

Pase ahí dentro noventa minutos. Adiós primera impresión.

Cuando tocó el timbre de cambio de hora comencé a gritar como loca. Hasta que alguien abrió.

-Valla valla, es la chica a la que no le agrado- se afirmó en la puerta- ¿estas cómoda ahí? - esbozó una sonrisa de esas que derretirían a cualquier persona.

Suerte y yo no soy cualquiera.

-Tan cómoda que estoy deseando salir para que alguien mas pueda entrar y admirar este armario - escupí con sarcasmo.

-vale si estas tan cómoda te dejo aquí - dijo y cerró la puerta.

¡maldito! ¿es que acaso no comprende el sarcasmo?.

-¡espera! Sácame de aquí

-mmm ¿y que ganaré yo?

-¿Que te parece el placer de rescatarme?

-¿solo eso? - sonrió.

Okey, ya me aburrió. No suelo tratar mucho con personas y hoy no es especial.

Me acerque a el de manera peligrosa lo jale de la camiseta y cambiando de lado lo deje encerrado a el.

Si, a veces puedo una maldita

-¡Oye sácame de aquí!

-¿Y que ganaré yo?

- El placer de rescatarme- copió mis palabras.

-¿Sólo eso? Paso.

Deje la puerta cerrada. No soy tan mala, si volvería a buscarlo... Luego de una hora.

<<¿Y porque harías eso? Si tu odias a todo lo que se mueve y respira >>

Hay personas que odio mas y odio menos. A Él... Solo lo odio menos.

Y justo cuando estaba en medio de mi monólogo alguien me toma del cuello y me empuja contra los casilleros.

Mierda. Mi día no puede ser peor.

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Jackub Gierszal en multimedia

Interpretando a nuestro insistente y vengativo Ivan

Friends And MurderersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora